Huelga general en Irán y Kurdistán Oriental

Un paro de varios días ha estado en marcha nuevamente en Irán y Kurdistán Oriental, principalmente para golpear la economía del sistema islamista. La población debe abstenerse de hacer compras y las tiendas permanecen cerradas.

El movimiento revolucionario en Irán y Kurdistán Oriental (Rojhilat) ha convocado una huelga general, que culminará con protestas en una aparición pública del presidente Ebrahim Raisi. Las huelgas comenzaron hoy y se espera que duren hasta el miércoles, anunciaron activistas en varias convocatorias en internet. Raisi tiene previsto visitar la Universidad de Teherán el miércoles para el Día de los Estudiantes Iraníes.

Para las "protestas del 14-15-16" -los números son las fechas en el mes calendario persa de Azar- se convocó una huelga de comerciantes y un boicot de tres días de toda actividad económica. Las tiendas permanecerán cerradas y se evitarán las compras, evitando así cualquier circulación de dinero en el sistema bancario iraní. La organización kurda de derechos humanos Hengaw mostró videos de Rojhilat que mostraban calles casi desiertas y mercados, tiendas y bazares cerrados en el centro de las ciudades. En más de veinte ciudades kurdas, comerciantes y bazares participan en las huelgas. En todo el país, más de 50 ciudades están en huelga.

Llamamientos similares llevaron en las últimas semanas a una intensificación del levantamiento popular que se ha apoderado del país desde la muerte de Jina Mahsa Amini, de 22 años. La mujer kurda había sido víctima de un feminicidio estatal bajo custodia policial a mediados de septiembre. La policía moral la había arrestado por presuntamente violar el código de vestimenta del régimen islamista.

También hubo un llamamiento en la web para atacar a  miembros de la milicia paramilitar "Basij" en motocicletas, que han sido fundamentales en la represión violenta del movimiento revolucionario. En las últimas semanas, las y los manifestantes se han basado principalmente en las tácticas de arrojar petróleo en las calles y levantar barricadas para impedir el avance de los "Basij", con éxito.

Desde el comienzo del levantamiento popular en Irán y Kurdistán Oriental, los grupos de derechos humanos estiman que han muerto cerca de 500 manifestantes, incluidos al menos 64 niños. Además, en los últimos meses han sido detenidas miles de personas, algunas de las cuales ya han sido condenadas a muerte por tribunales revolucionarios por "guerra contra Dios".