Doce países imponen una restricción a la exportación de productos alimenticios

Doce países, los mayores exportadores de materias primas agrícolas desde el inicio de la guerra hegemónica en Ucrania, decidieron imponer una restricción a la exportación de productos alimenticios, especialmente trigo.

El precio del trigo alcanzó un máximo histórico esta semana. Los precios han subido como consecuencia de la guerra de Ucrania, sobre todo desde que India prohibió sus envíos para garantizar su propio abastecimiento.

Sin embargo, India no es el único país que sigue esta política para salvaguardar sus propios intereses nacionales.

Desde el estallido de la guerra de Ucrania en febrero, doce países han optado por imponer un embargo a las exportaciones de materias primas agrícolas.

En abril, Indonesia, el mayor productor mundial de aceite de palma, detuvo todas las exportaciones de aceite vegetal.

Argentina, Bielorrusia, Kazajstán, Hungría, Rumania, Serbia y Turquía impusieron restricciones a la exportación de cereales.

Otros países, incluido Marruecos, han prohibido la exportación de frutas y verduras específicas.

Los países que imponen un embargo esperan que, al hacerlo, podrán combatir el aumento de los precios y al mismo tiempo satisfacer las necesidades de sus propias poblaciones.

Por ejemplo, se intenta evitar las protestas violentas contra la hambruna, como las que se presenciaron en Indonesia. Protestas masivas contra los aumentos de precios estallaron en Indonesia en abril.

Indonesia representa más del 60% de la producción mundial de aceite de palma, con un tercio consumido en los propios mercados del país. El año pasado, envió 34,2 millones de toneladas de aceite comestible y desarrolló una amplia gama de artículos que van desde cosméticos hasta alimentos.

El embargo de Indonesia tuvo el mayor impacto en India, China, Bangladesh y Pakistán.

Las protestas contra el aumento de los precios del pan también han comenzado en Irán y Sudán. En todo Irán han estallado en los últimos días.

Los embargos conducen a una espiral descendente de inflación y pobreza

Actitudes económicas como el embargo, según los analistas, son un gran golpe para el sistema internacional de comercio agrícola. Esta condición conduce a una espiral descendente de inflación y pobreza.

Los precios se disparan a medida que cada país busca suministrar suficiente trigo u otros productos agrícolas. Mientras que los precios al alza atraen la especulación financiera, los precios al alza devuelven la especulación.

Se prevé que la escasez de alimentos se intensifique a medida que los principales productores de fertilizantes, incluidos Rusia y China, restrinjan los suministros, poniendo en peligro las cosechas en países que anteriormente tenían suministros.