EEUU ha manifestado, igual que Arabia Saudi, que el ataque con drones que ha sufrido la infraestructura petrolera saudita, no parece haber partido de Yemen, apuntando por tanto a una supuesta responsabilidad iraní. La tensión crece y amenaza con empeorar.
Michael Pompeo, Secretario de Estado, se ha manifestado en el mismo sentido, diciendo que no hay evidencia de que los drones partiesen de Yemen y acusó a Irán de “un ataque sin precedentes sobre el suministro energético mundial”.
El presidente Trump, como se ha hecho ya habitual, hizo sus declaraciones a través de Twitter:
“Estamos listos dependiendo de la verificación, pero estamos esperando a recibir información del reino [de Arabia Saudi] sobre quien está detrás del ataque y bajo que términos proceder”.
Trump también ha anunciado la liberación de petróleo de la Reserva Estratégica de los EEUU “si hace falta” y ha dado instrucciones a las agencias para que aceleren los procesos de aprobación de nuevos gasoductos para poder satisfacer la demanda global.
Saudi Aramco perdió alrededor de 5,7 millones de barriles diarios tras los ataques, a pesar de que los funcionarios han afirmado que ya se han realizado progresos para restaurar la producción.
Tanto Trump como el presidente iraní, Hassan Rouhani, están ahora diciendo que la reunión a la que apuntaron durante la sesión de la ONU en Nueva York entre ambos, no se producirá.
