Demirtaş: "Hago campaña presidencial desde mi celda"

El candidato presidencial del HDP publicó una carta en el New York Times

El candidato presidencial del HDP ha publicado un artículo en The New York Times. Selahattin Demirtaş escribe en la pieza: "Estoy escribiendo desde una prisión de máxima seguridad en Edirne, una ciudad en el noroeste de Turquía, cerca de la frontera con Bulgaria. Fui arrestado hace un año y ocho meses cuando era miembro del parlamento turco y co-presidente del Partido Democrático de los Pueblos, conocido como el HDP, por el que seis millones de personas votaron en las últimas elecciones".

En el artículo, el candidato presidencial del HDP subrayó que "mis carceleros eligieron encarcelarme aquí porque Edirne está lejos de mi hogar, mi familia y mis amigos de la región kurda del sudeste del país. Mi compañero de celda es, como yo, un miembro electo del parlamento".

Recordando cómo el gobierno turco dirigido por el Partido de la Justicia y el Desarrollo de Recep Tayyip Erdogan, le ha dado la espalda a los valores democráticos universales y ha llevado al país al borde de la crisis política y económica, Demirtaş escribe: "Con la excepción del presidente Erdogan, todos los candidatos han declarado que debo ser liberado. Han dejado de lado las diferencias ideológicas y han salido en mi defensa porque saben que el gobierno me está sosteniendo para su propio beneficio político y no por ningún crimen que haya cometido. Entienden que si fuera libre, las posibilidades de Erdogan de ganar las elecciones serían mucho más escasas".

Demirtaş escribe que él está entre las decenas de miles de disidentes que han sido blanco de medidas punitivas normalizadas bajo el estado de emergencia. “En la actualidad, el gobierno ha iniciado 102 investigaciones y presentado 34 casos judiciales diferentes en mi contra. Si siguen su curso, me enfrentaré 183 años de prisión.

"Las acusaciones en mi contra en las imputaciones de los fiscales”, escribe el candidato presidencial del HDP, “se basan completamente en discursos políticos y declaraciones que he hecho".

Demirtaş expone: "Mi procesamiento ha sido injusto. Mi arresto fue una decisión política. Sigo siendo un rehén político".

Recordando que se le ha privado de su derecho a celebrar mítines o comunicarse directamente con la gente durante la campaña electoral, Demirtaş añade: "Llego hasta ti y al mundo más allá de los muros de la prisión a través de mensajes transmitidos por mis abogados. Me dirijo a las personas a través de las redes sociales cuyas cuentas me ayudan a llevar mis asesores".

Demirtaş dice que su cuenta de Twitter estuvo inactiva por un tiempo largo tras su arresto. "Cuando los tweets de mi cuenta comenzaron a aparecer nuevamente en septiembre de 2017", escribe, "los guardias de la prisión se apresuraron a inspeccionar mi celda. La búsqueda fue bastante invasiva. Cuando les pregunté qué estaban buscando, respondieron que estaban buscando la fuente de mis tweets”.

“El único dispositivo vagamente sofisticado que encontraron en mi celda fue el hervidor eléctrico que utilizo para calentar el agua. Después de establecer que no podría haber usado el hervidor para tuitear, los guardias se fueron".

Durante los últimos tres años, recuerda el candidato presidencial del HDP, el AKP ha llevado a cabo una implacable campaña de propaganda con el beneplácito de los medios de comunicación para socavar al HDP.

"Sin embargo”, escribe con orgullo, “nuestros votantes y partidarios se han mantenido firmes".

Las próximas elecciones determinarán el futuro de Turquía, escribe Demirtaş. "Es estadísticamente improbable que cualquier candidato que evite el apoyo de la población kurda de Turquía -alrededor de una quinta parte de sus 81 millones de personas- y sus demandas de paz puedan ganar. Una regla intrínsecamente antidemocrática en Turquía prohíbe a un partido político que no gane el 10 por ciento del voto nacional ocupar sus asientos en el parlamento".

Sin embargo, a pesar de todos los obstáculos, Demirtaş confirma que el partido "confía en cruzar el pronunciado umbral", pero advierte que "si no conseguimos el 10 por ciento de los votos, alrededor de 80 de nuestros escaños parlamentarios irán al partido del Sr. Erdogan, lo cual le brindaría una cómoda mayoría en el parlamento y facilitaría aún más su presidencia ejecutiva".

En esencia, el gobierno del AKP se asegurará injustamente a través de los votos de millones de ciudadanos kurdos privados de sus derechos.

Turquía, Demirtaş dice en las últimas líneas de su artículo, "ahora entiende que el castigo colectivo de los kurdos en la periferia sureste afecta a las libertades y a la cultura democrática en todo el país. Lo que se limitó a los kurdos se ha convertido en la norma para los oponentes del Sr. Erdogan también en otros lugares. La única esperanza para un futuro liberal y democrático reside en que nos unamos para derrotar al régimen autoritario".