¿De vacaciones en Turquía? Piénselo dos veces

La Plataforma de Solidaridad Internacional y la Plataforma por Afrin han lanzado una campaña de boicot al turismo en Turquía.

La Plataforma de Solidaridad Internacional y la Plataforma por Afrin han lanzado una campaña de boicot turístico para que las personas tomen conciencia de lo que pueden esperar en términos de respeto a los derechos humanos en caso de que elijan a Turquía como su destino de vacaciones.

En un informe detallado de 12 páginas, los promotores muestran, cifras a la mano, cómo existe un vínculo directo entre el dinero del turismo y la guerra promovido por Recep Tayyip Erdogan y su alianza fascista AKP-MHP.

Subrayando que "el gobierno del AKP aprobó un aumento del 41% en el presupuesto de defensa durante el período de solo un año, fijando el presupuesto de defensa y seguridad para 2018 en 92.700 millones de Liras turcas", el expediente afirma que "este presupuesto claramente representa el deseo de perpetuar conflictos existentes e iniciar nuevos en el próximo año".

Aunque reconocen que hay varias razones por las que los veraneantes quiza deberían elegir Turquía como su destino de ocio (ofrece paquetes de vacaciones baratos y clima agradable, playas y sitios históricos que datan de miles de años), los promotores del boicot advierten a los turistas potenciales que "Turquía se ha convertido cada vez más autocrático, con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, consolidando su dominio sobre el poder tras un referéndum de dudosa legitimidad sobre los poderes presidenciales en 2017".

Destruyendo a los kurdos, su cultura e historia

Detallando las razones por las cuales los turistas deberían pensar dos veces antes de elegir a Turquía como su destino de vacaciones, los promotores del boicot recuerdan que "el estado turco ha estado librando una guerra contra un tercio de su población, es decir, los kurdos. Miles de kurdos se han visto obligados a huir de sus casas, desalojados por la fuerza en los años 90 (cuando la guerra alcanzó su punto máximo) cuando el ejército quemó más de 4,000 de sus aldeas. En la década del 2000, la guerra alcanzó un nuevo nivel: después de rechazar todas las propuestas e invitaciones para encontrar una solución política negociada hecha por el movimiento de liberación kurdo, el estado turco se involucró en un ataque total".

El dossier continúa indicando que "En sus frenéticos esfuerzos para abolir cualquier tipo de oposición y disenso, el Estado turco y el gobernante AKP (Partido de Justicia y Desarrollo) dirigido por el presidente Recep Tayyip Erdogan han terminado encarcelando y juzgando a decenas de miles de personas. Esto significaba que la política ahora aplicada por el estado turco era de "supresión total" o genocidio. No solo los kurdos: los sindicalistas, académicos, periodistas, escritores, cantantes, políticos, organizaciones de la sociedad civil, nadie escapa de la máquina aplastante del AKP. Pero hay más en este genocidio llevado a cabo por el partido AKP y su líder Erdogan. Si los kurdos deben ser exterminados, se niega su existencia, entonces todo rastro de kurdo debe borrarse. Por lo tanto, la cultura y la historia se convierten en objetivos de esta máquina de guerra".

Es por eso que muchos lugares históricos (como Hasankeyf y Sur) no pueden visitarse, ya que las políticas del gobierno turco los destruyeron, ya sea mediante una supuesta política de "progreso" (inundación de Hasankeyf de 12000 años de antigüedad) o motivo de "seguridad" (asedio y destrucción de antigua ciudad de Sur).

Un cielo seguro para los Jihadistas

Pero hay más: no es ningún misterio que Turquía se ha convertido en un paraíso seguro para los jihadistas. De hecho, las vacaciones en Turquía conllevan algunos riesgos serios. La guerra librada por el ejército y el gobierno de Turquía en las tres partes de Kurdistán (turca, iraquí y siria) está bajo la mirada de todos, razón por la cual las organizaciones kurdas han pedido a los turistas que no opten por Turquía como destino de vacaciones.

Expandiendo la guerra

No contentos con la represión dentro de Turquía, el AKP y Erdogan han estado intentando constantemente destruir cualquier logro hecho por los kurdos en otras partes de Kurdistán, en particular Kurdistán del Sur (Kurdistán Iraquí) y Kurdistán Occidental (Rojava).

Para destruir el modelo de Rojava, Turquía ha financiado y entrenado directamente a miembros del Estado Islámico en sus diversas formas, como Al Qaeda, al-Nusra, el Ejército Sirio Libre y los muchos nombres que las bandas jihadistas han tomado a lo largo de los años.

La actitud anti-extranjera y anti-occidental mostrada por el presidente turco Erdogan y su gobierno se refleja en el público en general. No es una coincidencia que los turistas que han sufrido abusos verbales y físicos hayan denunciado más y más actitudes y ataques racistas y violentos contra contra los extranjeros.