Una delegación rusa acudió el miércoles al campamento de refugiados de Shehba con la intención de entregar ayuda a los refugiados, pero estos decidieron rechazar la ayuda y expulsó a la delegación.

No fue una sorpresa, dado que en el campamento Shehba Berxwedan la mayoría de los refugiados han sido expulsados de sus casas en Afrin por el ejército turco y sus aliados mercenarios. Rusia fue la que dio luz verde a la operación al abrir el espacio aéreo para uso turco lo cual dio inicio a los bombardeos aéreos con los que empezó la operación. Las personas del campamento guardan un resentimiento hacia Rusia por considerar que es cómplice de Turquía.

Han habido delegaciones rusas que han intentado visitado el campamento anteriormente pero los ciudadanos les han impedido que entren al campamento argumentando que no querían saber nada de la ayuda rusa.

En los últimos días, fuentes del interior de Afrin han confirmado que Rusia está intentando llegar a un acuerdo con las fuerzas ocupantes turcas, y permitir que Turquía continúe con sus planes de expulsión de los residentes locales para cambiar la demografía de la región expulsando a las personas kurdas.