Discurso telefónico del candidato presidencial del HDP Demirtaş

El candidato presidencial del HDP Selahattin Demirtaş declaró que las autoridades gubernamentales continúan la campaña de desprestigio en su contra en los periódicos y la televisión

Mientras que las campañas electorales para las elecciones anticipadas de Turquía del 24 de junio avanzan con rapidez, el candidato presidencial del HDP (Partido Democrático de los Pueblos) Selahattin Demirtaş no puede hacer campaña porque está en la cárcel. Por ello, ayer utilizó su derecho a hablar por teléfono 10 minutos cada 15 días con su familia para realizar un discurso telefónico.

El texto completo del discurso telefónico de Demirtaş es el siguiente:

En primer lugar, donde sea que mi voz llegue, os envío mis más cordiales saludos y amor a todos.

He estado detenido ilegalmente aquí durante casi 20 meses como rehén político a través de una decisión ilícita e ilegal. Hasta el día de hoy, no se ha llevado acabo ningún juicio justo contra mí y mis amigos. El principio del estado de derecho ha sido violado abiertamente por la represión política de todos los tribunales.

Sin embargo, todos los días, mientras tengo las manos atadas, los responsables del gobierno, sin pausa, continúan las campañas de desprestigio contra mi en los periódicos y la televisión. Aunque ni siquiera puedo usar mi derecho a responder, continúan con su artimaña política al fabricar todo tipo de acusaciones. Pero estáis al tanto de todos los hechos.

Lo sé y lo veo. Mi situación es solo un ejemplo. Hoy, en todo el país, nuestros ciudadanos se han convertido en víctimas de la injusticia. La injusticia no está solo en los juzgados. Desde hospitales a universidades, desde los campos a las fábricas, desde las oficinas gubernamentales a las calles: todos los días, en todas partes, somos testigos de las desleales prácticas contra todos.

Desafortunadamente, Turquía en su conjunto, se ha transformado en una prisión semiabierta. Quieren construir una sociedad de miedo, un imperio de miedo, cuando la función del Estado no es aterrorizar a sus ciudadanos sino servirlos.

Pero las prácticas antidemocráticas de los últimos años han transformado la sociedad turca en la sociedad más pesimista e infeliz del mundo. Nuestro país está siendo desgarrado a través de la polarización y las divisiones  y se ha convertido en un estado aislado y de mala reputación en el exterior.

Como ciudadanos que viven en las tierras más bellas y ricas del mundo, por supuesto que ninguno de nosotros merece tan mal gobierno. No merecemos ni tristeza ni pobreza. Este no es nuestro destino inevitable, no estamos obligados o condenados a esto.

Ahora todos juntos, mano a mano podemos construir el futuro de una Turquía democrática, una vida nueva y feliz.

Ahora no es el momento de sentirse derrotado o con miedo. Podemos resolver todos los problemas de nuestro país a través de la paz, la solidaridad y la unidad. Sin demonizar, marginar o obstaculizar a ningún ciudadano, nos convertiremos en un país unificado.

No dividiremos a las personas en función de su partido político, identidad, secta o género. La democracia y el Estado de Derecho se harán supremos en el estado. Si el estado es nuestro estado, si el país es nuestra patria común, entonces es nuestro deber crear un sistema de gobierno que trate a todos de manera justa y equitativa.

Nadie debería sentirse como un hijastro. Para evitar que alguien sufra discriminación, vamos a implementar políticas que abarquen a los 81 millones de ciudadanos.

Aprovecharemos al máximo nuestras ricas tierras, mares, patrimonio histórico y cultural. En lugar la construcción concreta e innecesaria, invertiremos en la tierra, el empleo, el trabajo duro, la producción y las ciencias. Y seguramente derrotaremos esta pobreza. La vergüenza pertenece al gobierno que obliga a las personas a vivir en la pobreza en un país tan próspero como Turquía. Salvaremos a nuestro país de esta vergüenza.

Ahora nos estamos preparando para las elecciones con un ritmo más esperanzador, más emocionante y más entusiasta. Estoy aquí dentro de cuatro paredes, pero sé que miles de Demirtaş están en los campos, en las granjas, recogiendo avellanas. Demirtaş está en la mina, en la fábrica. Él está en clase, en la universidad, en la tierra. Demirtaş está en la construcción, en huelgas, en protestas. Él es el despedido, él es el desempleado, el pobre. Él es el joven, la mujer y el niño. Él es turco, kurdo, circasiano, pomak, bosnio. Él es aleví, sunní, todavía tiene esperanzas y es fuerte. Demirtaş es halay, govend, horon.

Demirtaş no es el que está en una celda en Edirne; Demirtaş eres tú. Confia en ti mismo. Hónrate a ti mismo. Vota por ti mismo. Di "un voto para el HDP, un voto para Demirtaş".

Recuerda, un voto cambia mucho. Cambia contigo, mis hermosos hermanos y hermanas. Ahora es el momento de cambiar a mejores días. Hagámoslo juntos, ganemos juntos.

Os saludo con mis más cálidos sentimientos.

Ganaremos y seguramente nos encontraremos en días de libertad. Manteneos bien."