A principios de abril, la ciudad italiana de Rende, en la región de Calabria, nombró a Abdullah Öcalan ciudadano de honor. Al hacerlo, el Ayuntamiento rindió homenaje al modelo alternativo de sociedad propuesto por Öcalan y denunció el desprecio por los derechos humanos en Turquía. El embajador de Turquía en Roma, Murat Salim Esenli, reaccionó inmediatamente, escribiendo al alcalde Marcello Manna para calificar el homenaje de “apoyo al terrorismo”.

Manna compartió la carta del embajador turco en su cuenta de Facebook y le respondió públicamente. Dijo que conceder la ciudadanía honoraria a Abdullah Öcalan no era “apoyar el terrorismo y menos aún legitimarlo”. Marcello Manna escribió:

“Öcalan siempre ha optado por la búsqueda constante e incluso unilateral de una solución pacífica al conflicto. Durante veintidós años ha pagado su incansable lucha por la defensa de los derechos de su pueblo con un duro encarcelamiento, que durante dieciséis años se ha convertido en un ‘confinamiento solitario-tortura’ reconocido como una violación del derecho internacional y de la propia legislación turca. Desde luego, no es casualidad que la comunidad occidental le atribuya el mérito de la participación de la milicia kurda en primera línea de guerra contra el ISIS desde 2013 hasta la actualidad, como única fuerza terrestre dentro de la Coalición Internacional

Al conceder la ciudadanía honoraria a Öcalan, hemos querido destacar el proceso de autodeterminación del pueblo kurdo, cuestión que conocemos históricamente desde la Segunda Guerra Mundial y que nuestro país ha superado gracias a las luchas partidistas y a la implementación de los principios democráticos contenidos en nuestra Constitución. En una sociedad democrática, pluralista, ecologista y feminista, los derechos civiles y los derechos de las minorías étnicas deben ser reconocidos y garantizados universalmente.

De hecho, nosotros estamos acostumbrados a debatir y no a imponer los principios de igualdad entre los sexos y de respeto a las diferencias. Hemos llegado al tercer milenio, que es la era de los derechos no sólo para Italia, sino también para todos los demás países del mundo. Rende trabajará siempre para proteger los derechos humanos y la igualdad entre los pueblos”.

En Italia, numerosas ciudades y municipios ya han declarado a Abdullah Öcalan ciudadano honorífico, entre ellos Palermo, Nápoles, Palagonia, Reggio Emilia, Riace, Martano, Pinerolo, Castel de Giudice, Castel Bottaccio, Berceto, Cinquefrondi y Fossalto. En marzo de 2020, el gobierno turco reaccionó de forma airada ante el nombramiento de Öcalan como ciudadano de honor en Fossalto, poniendo de manifiesto sus expectativas de que las autoridades italianas lo consideraran como una ‘colaboración con el PKK’”.

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