La huelga de hambre frente a la sede de la ONU en Ginebra lleva diez días. Los activistas piden una acción inmediata de la comunidad internacional para detener la invasión militar turca del norte de Siria, poner fin a la invasión de Afrin y abastecer a cientos de miles de refugiados de Afrin. Destacan que la ONU es culpable de complicidad a través de su silencio.

Los huelguistas afirman que las Naciones Unidas insisten en su silencio frente a la invasión ilegal de Afrin por parte del Estado turco. Agregan que para romper la inacción de la ONU, se debe aumentar la solidaridad internacional.

Además, todos los días cientos de personas visitan la tienda de campaña de los que llevan adelante la huelga de hambre. Uno de los visitantes fue el eurodiputado danés Soren Sondergaard, que también es miembro de la Unión Interparlamentaria, una asociación internacional de parlamentos fundada en 1889 con el objetivo de garantizar la paz, promover la comprensión de la democracia en todas partes del mundo y respetar a los humanos derechos.

Sondergaard pronunció un discurso en el que expresó su solidaridad con la huelga de hambre y el pueblo kurdo. Los ataques del estado turco contra el pueblo kurdo deben ser detenidos, explicó el parlamentario danés, señalando que el enfoque antidemocrático del gobierno de Erdoğan es ahora completamente inaceptable.