Los presos en la cárcel tipo M de Iskenderun fueron atacados el mes pasado por hablar kurdo.

Los prisioneros, a quienes se les han impuesto restricciones de comunicación, han llamado al sentido común a través de sus familias.

Una de estas familias ha asegurado: "Son insultados por los guardias cada minuto. Antes de eso habían sido maltratados por hablar kurdo. Ahora les han arrojado agua fría y lo han golpeado. Todos los presos de esta cárcel han sido maltratados así. A los prisioneros que se resistieron, los pusieron en aislamiento para golpearlos por separado".

Los prisioneros tomaron informes médicos que documentaban la carga y presentaron cargos, pero el fiscal de la prisión alegó: "No hay evidencia de que hayan sido torturados. ¿Cómo sé que no están mintiendo? Por tanto, no hay nada que pueda hacer". Los presos han dicho que los informes de la carga no han sido inspeccionados por el fiscal, y han hecho un llamamiento a la opinión pública para que se solidarice con ellos.

Dos familiares de los presos han hecho también un llamamiento a la Asociación de Derechos Humanos de Mardin (İnsan Hakları Derneği - İHD) y han solicitado asistencia legal.