El Centro de la Sociedad Kurda condena la cooperación sueco-turca contra los kurdos

El Centro de la Sociedad Kurda ha condenado la cooperación sueco-turca contra los kurdos.

Los kurdos han vivido en la sociedad sueca respetando las leyes suecas. Desgraciadamente, la Primera Ministra Magdalena Andersson y la Ministra de Asuntos Exteriores Ann Linde sacrificaron a los kurdos cuando se dieron la mano con Erdogan y su política opresiva basada en la aniquilación de los kurdos.

Navenda Civaka Demokratik emitió una declaración condenando el apoyo de Suecia a Turquía en la cumbre de la OTAN en Madrid diciendo que "refuerza la opresión y debilita la lucha por la libertad".

La declaración decía: "Los kurdos han vivido en la sociedad sueca respetando las leyes suecas. Desgraciadamente, la primera ministra Magdalena Andersson y la ministra de Asuntos Exteriores Ann Linde sacrificaron a los kurdos cuando estrecharon la mano de Erdogan y su política opresiva basada en la aniquilación de los kurdos".

La declaración añade: "No es ningún secreto que Erdogan ya ha desmantelado la democracia en Turquía y ha abandonado los principios del Estado de Derecho. Hoy vemos un régimen fascista dictado por un líder autoritario. A los críticos y disidentes de Erdogan, así como a los miles de presos políticos que ya llenan las cárceles del país, les esperan años de prisión con abusos y torturas sistemáticas. Erdogan ha cerrado las puertas a la política democrática. Sus pronunciamientos políticos de hoy son, de hecho, un resultado de esto. Prácticamente cualquier oposición que se pronuncie sobre los derechos de los kurdos es acusada de "terrorismo" y tratada como una "cuestión de seguridad". Pero no podemos echar toda la responsabilidad a Erdogan. También tenemos obligaciones y debemos hacer autocrítica por haber permitido que esto ocurra.

El acuerdo que se ha firmado entre Suecia, Finlandia y Turquía va en contra de los derechos humanos fundamentales".

La declaración continuaba: "Ningún kurdo u organización/partido kurdo es terrorista, sino que lleva a cabo la autodefensa contra el colonialismo y la ocupación del Estado turco. El Estado utiliza incluso armas químicas contra los civiles de los pueblos kurdos. Turquía aplica una política que prohíbe la libertad de expresión y criminaliza a todas las fuerzas democráticas en Turquía".

La declaración pide al gobierno y al pueblo suecos "que no apoyen a Erdogan y sus exigencias a costa de los derechos de las personas y la democracia.

Esto es una amenaza directa para las personas que luchan por la democracia y los derechos humanos en Turquía".