El dengbej Apriham mantiene vivo el recuerdo del genocidio armenio

La familia Buxisiyam sobrevivió al genocidio de 1915 y huyó a Rojava.

El Estado otomano fue responsable de muchos genocidios contra las personas y las creencias de la región. Armenios, sirios o yazidíes han sido algunas de estas víctimas.

Muchas familias sobrevivieron al genocidio armenio, que fue llevado a cabo por el Imperio Otomano en 1915, y se establecieron en Rojava.

Una de estas familias es la familia Buxisiyam, que emigró de Xerzan, en la región de Batman en Bakur (norte del Kurdistán), a Qamislo, en Rojava (este del Kurdistán).

Apriham Buxisiyam nació en 1966 en Qamislo, después de que su familia se estableciera allí, y aprendió sobre los detalles del genocidio armenio a raíz de las historias y los recuerdos contados por sus padres.

Su deber es transmitir estas historias a las futuras generaciones.

 

Dos de las tías de Apriham fueron brutalmente asesinadas en el genocidio otomano. Apriham cuenta: “Ambas tías fueron asesinadas en Xerzan. Tenían 13 y 15 años”.

La familia Buxisiyam, que siguió defendiendo sus creencias a pesar de los ataques opresivos y racistas llevados a cabo por el Imperio Otomano, abrió la primera iglesia en la aldea de Mêharka, en Qamislo, en 1918.

Para ayudar a su familia, Apriham comenzó a trabajar como mecánico de coches cuando tenía 12 años.

Al mismo tiempo, aprendía canciones antiguas y tradicionales escuchando a dengbejs (contadores de historias) armenios y kurdos.

Diez años más tarde, Apriham, que abrió un taller de reparación de automóviles en el barrio de Kornish, también empezó a llevar a cabo actividades culturales con las obras de los dengbej en su tienda.

 

El padre de Apriham le dejó un gramófono a su hijo que Apriham reprodujo con aproximadamente 100 casetes.

Preservando los casetes en su tienda como un archivo, Apriham también llevó a cabo sus propios trabajos, en kurdo y armenio.

 

Cuenta que con su trabajo muestra sus sentimientos: “Las angustias que los armenios han sufrido durante siglos están ocultas en los lamentos del dengbej. Cuando canto mi obra, comparto la angustia de los armenios. La historia se conserva en las canciones dengbej”.

 

Apriham, que utiliza la tienda para reparar automóviles y cantar canciones, dice que no dejará ni su trabajo ni el arte dengbej.

Apriham cuenta que el Imperio Otomano intentó “turkificar” al pueblo armenio y llevó a cabo masacres con tal fin. Sin embargo, dice el dengbej, en el pueblo armenio de Rojava ha encontrado una nueva vida basada en la coexistencia.