Una historia para ser contada dentro de cada tienda de refugiados

Mucha gente huyó de sus ciudades y encontró refugio en áreas controladas por las SDF.

Después de la liberación de una parte significativa del Norte de Siria de los mercenarios del Estado Islámico por parte las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF), la región ha vivido un periodo de paz y seguridad tiempo anhelado.

Miles de civiles que huyen del régimen sirio y los mercenarios de ISIS han emigrado a las regiones bajo el control de las fuerzas de las SDF en el Norte de Siria. Y estas migraciones continúan cada día. La mayor parte de los civiles desplazados encuentran refugio en los campamentos establecidos por las administraciones autónomas locales.

Los refugiados se establecen en tiendas de campaña en los campamentos. Entrar en cada carpa es como entrar en la vida de cada persona. Y en cada una hay retazos de una tragedia distinta.

Najaf al-Ebdela, una mujer que emigró de Deir ez-Zor, comentó a la agencia de noticias ANHA que tiene 11 hijos. Ella huyó del régimen y encontró refugio aquí. Al-Ebdela dijo que se vieron obligados a escapar para evitar ser masacrados por el régimen, y que huyeron a las áreas controladas por las SDF en busca de protección.

Y compartió un recuerdo: "Cuando estábamos sentados en casa, escuchamos el sonido de los aviones de guerra acercándose. Entonces nos dimos cuenta de que los aviones iban a bombardear. Unos minutos más tarde, una casa cercana fue bombardeada. El humo comenzó a levantarse. No pudimos ver nada debido al humo. Cuando el humo empezó a disolverse, vi a mi esposo muerto. Un pedazo de metralla también golpeó a mi hijo. Mi hijo nunca se ha recuperado psicológicamente de aquello".

El ataque aéreo destruyó la casa de al-Ebdela. Hace tres años fue a Raqqa, pero no cambió nada en sus vidas. No podía comenzar a esperar de nuevo. De hecho, y debido a que no había medicinas, uno de sus hijos murió cuando cayó enfermo.

Najaf al-Ebdela ahora reside en el campo de Abu Xesheb en Deir ez-Zor. Una de sus hijas, de 12 años, está enferma, pero no puede encontrar medicamentos para el tratamiento.

Fatma Al-Hoshan proviene de la ciudad de Bukemal, en la provincia de Deir ez-Zor. El régimen sirio atacó fuertemente esta ciudad. La mujer recordó: "Perdí a mi hijo en ese bombardeo. No había nadie para protegernos, así que decidimos venir a las áreas controladas por SDF".

Al-Hoshan contó que le dieron 75 liras sirias por persona cuando salió de Bukemal para ir al área controlada por las SDF. En el camino, perdió un hijo y no supo nada de él de un año.

Al-Hoshan no tuvo más que palabras de gratitud por las SDF, e hizo un llamamiento a las organizaciones humanitarias para ayudar a los refugiados.