KJK condena la sentencia de muerte contra Warisha Muradi
La Unión de Mujeres del Kurdistán condena enérgicamente la condena a muerte dictada contra Warisha Muradi y pide al poder judicial iraní que anule la decisión.
La Unión de Mujeres del Kurdistán condena enérgicamente la condena a muerte dictada contra Warisha Muradi y pide al poder judicial iraní que anule la decisión.
La Unión de Mujeres del Kurdistán (KJK) condena enérgicamente la sentencia de muerte contra Warisha Muradi. La KJK ha pedido al poder judicial iraní que revoque esta decisión. En un comunicado publicado el lunes, la organización que aglutina al movimiento de mujeres kurdas calificó el veredicto contra Muradi de «expresión del miedo de un régimen misógino» que intenta quebrar con ejecuciones la lucha de las mujeres contra el patriarcado.
La declaración añadía: «El poder judicial iraní ha aplicado una vez más su práctica violadora de los derechos humanos de dictar condenas a muerte tras juicios injustos. Aborrecemos una política de muerte inhumana que arrebata a los pueblos la oportunidad de vivir juntos en democracia y paz.»
Condenada por ser miembro del KJAR
El domingo se anunció que la activista kurda Warisha Muradi había sido condenada a muerte por un tribunal revolucionario de Teherán por «rebelión armada contra el Estado». El veredicto está relacionado con el compromiso de Muradi con las cuestiones feministas y de la mujer en el marco de su pertenencia a la Comunidad de Mujeres Libres del Kurdistán Oriental (KJAR). La judicatura del régimen iraní considera a la KJAR una «organización terrorista separatista» porque forma parte del Partido por una Vida Libre en el Kurdistán (PJAK). El PJAK resiste a la opresión y discriminación del pueblo kurdo y hace campaña por la liberación de la mujer, la autonomía y la democracia en Irán.
La declaración de la KJK añadía: «Está claro que insistir en la realidad de la guerra y el conflicto en un momento en que el mundo, y especialmente nuestra región, Oriente Próximo, se ha convertido en una bola de fuego, no beneficia a los pueblos. Es evidente que las guerras libradas en aras del poder han desequilibrado la vida en nuestra región. La realidad ciega, aburrida y rígida del pensamiento del Estado-nación es responsable de la opresión a la que están sometidos los pueblos y las mujeres. Insistir en la realidad del Estado-nación es insistir en la continuación de todas las crisis sociales, políticas, económicas, militares, diplomáticas y jurídicas».
Resistencia a las políticas misóginas de los Estados
La declaración continuaba: «En un momento en que se incendian ciudades, se dividen países y personas de todas las edades se ven afectadas por estas masacres, vemos que aferrarse a la práctica de la tortura y la muerte no aporta poder. El Estado iraní no llegará a ninguna parte si persiste en la misoginia, las ilegalidades y la hostilidad a la democracia. Intimidar a las mujeres y a la sociedad en general no producirá resultados. Las mujeres en particular continuarán su resistencia hoy como ayer, a pesar y precisamente a causa de las políticas misóginas de los Estados. Las mujeres no tenemos nada que perder, pero sí mucho que ganar. Tenemos claro que hay un mundo libre que podemos conseguir si nuestra resistencia sigue creciendo. Los que tienen algo que perder son los soberanos y gobernantes que se aferran a sus políticas opresivas, misóginas y antihumanas. Por lo tanto, si el Estado iraní quiere sobrevivir en este periodo histórico en el que los tambores de guerra suenan con fuerza para él, debe dar prioridad a la aplicación de la democracia y los derechos humanos, a los que no ha dado oportunidad de vivir durante años. Hay que reconocer que la opresión, la ejecución, la tortura, el abuso de los derechos y las libertades no sólo no fortalecen a Irán, sino que son causa y consecuencia de todos los problemas sociales.»
Libertad para todos los presos y presas políticos
La KJK hizo un llamamiento «al Estado iraní para que revoque inmediatamente la condena a muerte de Warisha, libere a todos los presos y presas políticos que resisten en las cárceles y atienda las demandas de todas las comunidades sociales y étnicas de este país que reclaman sus derechos. De lo contrario, la lucha imparable de las mujeres causará grandes pérdidas al régimen. Enviamos nuestros saludos a las defensoras de los derechos humanos Pakhshan Azizi y Warisha Muradi y a todos los demás luchadores por la libertad condenados a muerte. Hacemos un llamamiento a los pueblos, a todas las fuerzas democráticas, a las mujeres luchadoras y a las personalidades que se preocupan por los derechos humanos para que se posicionen en contra de estas ejecuciones y de las políticas misóginas del Estado iraní y refuercen la lucha común. Exigimos que todas las estructuras de mujeres, especialmente las mujeres del Kurdistán, alcen su voz con acciones y actividades efectivas y continuas en favor de las mujeres que son sometidas a graves torturas en las cárceles, que son silenciadas y quebrantadas mediante la ejecución.»
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