Recordando a la guerrillera Aryena Botan

Aryena Botan, que se unió a la guerrilla en 2014 y se convirtió en comandante en las montañas donde los kurdos vivieron durante miles de años, dejó un largo y brillante camino a las mujeres y a los jóvenes.

Aryena Botan nació en Girkê Legê, un día antes del Newroz de 1995. Creció en una familia patriótica, por lo que conoció el partido a una edad temprana. Aryena tenía 9 hermanos y 7 hermanas y creció con la cultura de la tribu Botî. La tribu Botî es una tribu presente tanto en Bakur como en Rojava. Aryena Botan era una mujer inteligente y brillante que hablaba y utilizaba su lengua materna con fluidez y también aprendía y utilizaba el árabe, la lengua obligatoria en la escuela.

El sueño y el objetivo de Aryena no era llevar una vida barata. A Aryena le encantaba investigar y leer, y se puso al frente de la revolución desde que comenzó la Revolución de Rojava. Vio todas sus esperanzas, sueños y el resto de su vida proyectados en la Revolución de Rojava. Dejó a su familia, a sus amigos y toda su vida, para dirigirse a una nueva vida. Una vida que liberará a los kurdos, al Kurdistán y a la humanidad.

Aryena participó en el trabajo de Ciwanên Şoreşger (el movimiento de los Jóvenes Revolucionarios) durante un año. En un año conoce su realidad, su sociedad, al líder del pueblo kurdo Abdullah Öcalan y al PKK. Se desarrolló más y se unió a las filas de la guerrilla en 2014. Recibió educación en la Academia del mártir Çekdar Amed y Leyla Şaylemez, y luego se unió a las filas de los nuevos combatientes. Transformando la personalidad de la mujer tribal y construyendo una voluntad militar en su personalidad, Aryena se convierte en una candidata a la jefatura femenina del PKK.

Aryena Botan dirigió una lucha exitosa y se convirtió en una guerrillera que caminaba hacia la libertad. Vio la libertad, la justicia y la moral en el PKK. Después de un tiempo, se convirtió en comandante en las montañas del Kurdistán. Las palabras no bastan para describir la lucha de Aryena Botan. Su prematura desaparición ha creado un gran vacío entre sus amigos y compañeros.

Aryena Botan cayó como mártir junto a sus compañeros Hêlîn Cûdî y Rûken Botan el 28 de mayo de 2019, como consecuencia de los brutales ataques del Estado turco. Todavía se la recuerda con cariño entre sus camaradas en las montañas del Kurdistán.