El Estado turco y sus mercenarios, que ocuparon Afrín en 2018, continúan con sus crímenes inhumanos, como asesinatos, secuestros para pedir rescate, robo de dinero y propiedades de civiles, deforestación y tala de árboles frutales (en particular olivos) para venderlos como leña, imposición de regalías, extorsión y saqueo de antigüedades y tesoros enterrados mediante excavaciones ilegales y arrasamiento de yacimientos arqueológicos.

Según información proporcionada a ANHA por una fuente del distrito Shiye de Afrin, el grupo mercenario Al-Amshat recibe un impuesto de 1 dólar por cada árbol de uva en los viñedos que pertenecen al pueblo Afrin.

Solo en mayo, los mercenarios de la ocupación turca talaron un total de 2.124 olivos y granados en la región ocupada de Afrin. Además, se quemaron aproximadamente 18.000 olivos. Además, los incendios intencionales destruyeron numerosos árboles forestales, según un balance publicado por las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF) el 4 de junio.