Chipre extraditará a Alemania al político kurdo Kenan Ayaz

El Tribunal Supremo de Chipre sentencia extraditar a Alemania al político kurdo Kenan Ayaz.

Kenan Ayaz fue detenido el 15 de marzo en el aeropuerto de la ciudad portuaria de Larnaca, en Chipre, en virtud de una solicitud de extradición alemana por presunta pertenencia al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), cuando se disponía a volar a Suecia para visitar a su familia. Desde entonces, el activista de 49 años permanece detenido. Aunque un tribunal chipriota presentó la solicitud de extradición el 19 de abril, Ayaz recurrió esta decisión quedando así en suspenso.

Como activista del movimiento kurdo por la libertad y debido a su identidad política, Kenan Ayaz permaneció en prisión en Turquía durante doce años. Desde 2013 vive en la parte griega de Chipre y es un refugiado reconocido. Desde ahí continuó su compromiso político, pública y legalmente. Al parecer, la justicia alemana tampoco le acusa de ningún delito individual.

Aunque la última vista de Ayaz se celebró en el Tribunal Supremo de Chipre el 9 de mayo, la decisión no se ha anunciado hasta hoy. El Tribunal Supremo ha rechazado el recurso y ha dictaminado extraditar a Ayaz a Alemania.

Antes del anuncio de la decisión, la policía chipriota acudió a la Carpa de la Justicia instalada por el Centro Comunitario Kurdo frente al Tribunal Supremo, y detuvo al hermano de Ayaz, İbrahim Ayaz, al periodista Baran Hebun y a Mehmet Uçaş, todos ellos en huelga de hambre en solidaridad con el político kurdo.

Mientras tanto, Ayaz continúa su propia huelga de hambre indefinida que inició el 4 de mayo para protestar por la decisión de la justicia chipriota. Tras el anuncio de la decisión, diferentes personas han comenzado a concentrarse ante el Tribunal Supremo de Nicosia. Organizaciones en solidaridad con el Kurdistán, los directores del Centro Cultural Kurdo Theofilos y grupos internacionalistas han hecho una declaración conjunta. La declaración subrayaba que la actitud del Estado alemán se basaba en sus intereses económicos con el Estado turco y que la decisión del Tribunal de Chipre era ilegal e inhumana. La declaración señalaba además que era una vergüenza para Chipre ser socio de las políticas de opresión y violencia contra el pueblo kurdo por parte de los Estados turco y alemán.

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