Entregan a su familia el cuerpo de guerrillera de las YJA Star luego de 6 meses
El Estado turco ha estado llevando a cabo una especie de necropolítica contra la sociedad kurda desde los años 90, explotando los cuerpos de los mártires.
El Estado turco ha estado llevando a cabo una especie de necropolítica contra la sociedad kurda desde los años 90, explotando los cuerpos de los mártires.
Selma Şavlığ, guerrillera de las YJA-STAR (Tropas de Mujeres Libres) cayó mártir en un enfrentamiento en la región de Besta de la provincia de Şırnak, en el norte de Kurdistán, el 13 de julio de 2023.
El cuerpo de Şavlığ fue llevado a la morgue del Hospital Estatal de Şırnak el 13 de julio de 2023. La familia, que fue a Şırnak en julio, no pudo identificar el cuerpo, que luego fue enterrado en el cementerio de los anónimos. La familia tomó una muestra de sangre en el hospital y esperó los resultados.
Después de 6 meses, la Dirección de Seguridad de Şırnak notificó a la familia Şavlığ para recibir el cuerpo de su hija luego de la coincidencia de la muestra de sangre. La familia Şavlığ viajó a Şırnak, donde recogieron los restos del cementerio de los sin nombre y partieron hacia su ciudad natal, Bitlis. Según los informes, el cuerpo será enterrado en Bitlis por la noche.
El Estado turco ha estado llevando a cabo una especie de necropolítica contra la sociedad kurda desde los años 90, explotando los cuerpos de los mártires. Los cuerpos son mutilados, desmembrados o exhibidos públicamente. Después de que el gobierno turco abandonara el proceso de paz en 2015, comenzó una nueva era. Las operaciones policiales masivas han convertido los funerales de los combatientes, a los que asistían miles e incluso cientos de miles antes de 2015, en pequeños eventos rodeados de policías en los que pueden participar un máximo de diez miembros de la familia.
Al mismo tiempo, los cuerpos de los guerrilleros caídos a menudo sólo se entregan después de un largo período de tiempo. Los restos son a menudo enterrados en cementerios de personas anónimas y deben ser exhumados, lo que representa un mayor acoso para las familias. Sin embargo, el Estado va aún más lejos al enviar paquetes que contienen los huesos de los combatientes kurdos caídos a sus familiares o simplemente enterrar los restos en lugares indignos. Este enfoque pretende romper el espíritu de resistencia de la sociedad.