El 1er Foro Global de Refugiados organizado por el ACNUR ha comenzado en la sede de las Naciones Unidas (ONU) en Ginebra.

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, y representantes de 120 estados miembros de la ONU participan en el Foro, que se celebra por primera vez. El evento de dos días tiene como objetivo encontrar soluciones a la crisis mundial de refugiados y fortalecer la cooperación entre los países que reciben refugiados. El foro está destinado a servir a la implementación mundial del pacto de refugiados adoptado por la ONU en Nueva York hace un año.

El Foro fue inaugurado por el ministro suizo de Relaciones Exteriores, Ignazio Cassis, y el comisionado del ACNUR, Filippo Grandi, quienes llamaron la atención sobre la crisis mundial de refugiados y pidieron soluciones.

Hablando después, el Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, señaló el desplazamiento continuo de numerosas personas debido a guerras, conflictos, pobreza y otras razones, y los problemas que enfrentan millones de refugiados en los países donde buscan refugio.

Guterres pidió a la comunidad internacional que asuma la responsabilidad frente a los problemas básicos experimentados en todo el mundo, como la crisis de refugiados y el cambio climático.

Según las cifras anunciadas por Guterres, hay unas 70 millones de personas desplazadas de sus hogares y el 25 por ciento de ellas viven como refugiados.

Posteriormente, los presidentes de Costa Rica, Pakistán y Etiopía, así como el ministro de Relaciones Exteriores alemán, Heiko Maas, y el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, hablaron en el foro.

Mientras tanto, cientos de personas protestaban contra Erdogan frente a la sede de la ONU. Llegó 45 minutos tarde a la conferencia y defendió en su discurso la ocupación del norte de Siria. Turquía ha recibido la mayor cantidad de refugiados en el mundo y es uno de los países con las mejores condiciones de vida para los refugiados, afirmó el presidente turco. Argumentó que Turquía se está haciendo cargo de todas las necesidades de los refugiados sirios en el país y que no cuenta con el apoyo de Europa ni de la ONU.

A pesar de las numerosas masacres cometidas por el estado turco en el noreste de Siria, Erdogan culpó a Occidente del derramamiento de sangre y la muerte en el país y se jactó de la ocupación del norte de Siria: "Con las operaciones 'Escudo del Éufrates', 'Rama de olivo' y 'Primavera de paz' hemos convertido un área total de 8200 kilómetros cuadrados en Siria en una zona segura”.

Erdogan solicitó el apoyo de la comunidad internacional y también exigió que se le diera el petróleo en el área controlada por la Administración Autónoma del Norte y el Este de Siria: "Saquemos juntos el petróleo de los pozos de petróleo en esta área. Establezcamos refugiados en el áreas que hemos liberado y utilizamos los ingresos de la producción de petróleo para este proyecto".

El presidente turco prohibió cualquier crítica a los crímenes de guerra cometidos por su país en el norte de Siria y afirmó que los territorios que ocupó eran ahora las más seguras de Siria. En estas regiones supuestamente seguras, se producen continuos saqueos sistemáticos, ejecuciones, torturas, detenciones arbitrarias y expulsiones violentas. Estos hechos han sido corroborados por varias instituciones internacionales de derechos humanos.