El 9 de enero de 2013, en París, Sakine Cansız, una de las fundadoras del PKK, Fidan Doğan, representante del KNK en París, y Leyla Şaylemez, miembro del movimiento juvenil, fueron asesinadas por el servicio de inteligencia turco MIT. En el décimo aniversario de esta masacre, el 23 de diciembre de 2022 se llevó a cabo otra masacre que se cobró la vida de Emine Kara (Evîn Goyî), miembro del Consejo Ejecutivo de la KCK, y Mîr Perwer (Mehmet Şirin Aydın), del movimiento cultural kurdo y el veterano activista Abdurrahman Kızıl frente al Centro Cultural Ahmet Kaya en la capital francesa.

Los kurdos y sus compañeros saldrán a las calles mañana 23 de diciembre y el 6 de enero de 2024 para protestar contra las dos masacres y la impunidad actual y reafirmar la exigencia de justicia y transparencia.

El Congreso de Sociedades Democráticas del Kurdistán en Europa (KCDK-E) emitió un comunicado pidiendo una fuerte participación en las acciones de protesta.

KCDK-E señaló que la segunda masacre tuvo lugar porque no se arrojó luz sobre la primera, y que ambas fueron conspiradas conjuntamente por las potencias profundas de Alemania y Francia y el Estado fascista turco.

La declaración de KCDK-E del viernes decía lo siguiente:

"Si estos grupos asesinos, redes de inteligencia y unidades de inteligencia de los países ubicados en Europa hubieran tenido en cuenta este peligro, el triple asesinato en París el 9 de enero de 2013 podría no haber ocurrido. Sakine Cansız, Leyla Şaylemaz y Fidan Doğan no habrían sido objeto de esta brutal masacre si las redes asesinas hubieran sido esclarecidas de antemano.

Si los autores y verdugos de la masacre de París del 9 de enero de 2013 hubieran sido expuestos y sacados a la luz, la segunda masacre de París del 23 de diciembre de 2023 no habría tenido lugar. Ambas masacres fueron llevadas a cabo por fuerzas asesinas turcas con el conocimiento de las potencias profundas de Alemania y Francia.

Estos crímenes tuvieron lugar en condiciones de las que el Estado profundo francés era consciente. Los kurdos fueron sacrificados a cambio de intereses políticos, económicos y políticos. El hecho de que fiscales, políticos y funcionarios estatales estén jugando a los tres monos muestra claramente complicidad. París y el pueblo kurdo han vivido dos masacres en las que los expedientes fueron enterrados bajo la falacia de los 'secretos de Estado' y no se hizo justicia. La segunda masacre de París fue una prueba escandalosa en la que Europa y el Estado francés no superaron la prueba de la democracia y la justicia.

La humanidad, la historia y el pueblo kurdo no perdonarán este sucio asesinato, ni a quienes lo instigaron, ni a quienes guardaron silencio, ni a quienes observaron ni a quienes se mantuvieron al margen. La conciencia y la justicia de la humanidad prevalecerán, y la lucha del pueblo kurdo por la libertad eventualmente pondrá fin a esta traicionera masacre llevando a los principales sospechosos ante la justicia, como debe ser.

En esta ocasión, como KCDK-E, les llamamos a condenar la masacre movilizándose para la gran marcha de protesta que se celebrará en París el 23 de diciembre y para las acciones y eventos que se llevarán a cabo en Europa, Australia y Canadá bajo el liderazgo del TJK-E (Movimiento de Mujeres Kurdas en Europa), y mantener esta postura decidida hasta que se logre la justicia".