Las balas de Washington siguen impactando en el tercer mundo
En su libro “Washington Bullets”, el intelectual y escritor indio Vijay Prashad describe y reflexiona sobre las invasiones e injerencias de Estados Unidos en el tercer mundo.
En su libro “Washington Bullets”, el intelectual y escritor indio Vijay Prashad describe y reflexiona sobre las invasiones e injerencias de Estados Unidos en el tercer mundo.
Las guerras abiertas o encubiertas, los planes de injerencia más diversos, los golpes de Estado, las invasiones militares y el financiamiento a grupos violentos y dirigentes políticos que se resfrían cuando en la Casa Blanca estornuda algún secretario de Estado. En estas pocas palabras, se puede resumir la política exterior de Estados Unidos durante los siglos XX y XXI. En Washington Bullets. Historia de la CIA, intervención y golpes de Estado, el intelectual y escritor indio, Vijay Prashad, confirma esa política sistemática con la presentación detallada de documentos oficiales estadounidenses y hechos históricos en las naciones del tercer mundo, en las cuales la Casa Blanca intervino (e interviene todavía) para bloquear cambios y proyectos que considera hostiles.
Publicado en 2020 por la editorial Batalla de Ideas, el libro de Prashad es una guía práctica de cómo funciona el colonialismo del Norte sobre el Sur y muestra con claridad las diferentes formas de ese colonialismo, sus intervenciones, los métodos descarnados que utiliza y hasta su vertiente “progresista y humanista” cuando los contextos de revuelta social o de avances en la liberación sobrepasan a la principal potencia militar del mundo.
La escritura de Prashad funciona como una guerra de guerrillas de palabras precisas y reflexiones agudas ante la descripción de momentos históricos criminalizados por Estados Unidos. El autor relata un levantamiento popular, una protesta o una rebelión ante la aplicación de políticas capitalistas como si golpeara y huyera, convirtiendo las páginas en un campo de disputa permanente ante la historia de muerte difundida por los vencedores. En todo el libro, la escritura remite a esa definición de Muhammad Ali de volar como una mariposa y picar como una abeja. Los ejemplos de resistencias que presenta el autor, aunque pueden parecer menores frente a la destrucción, permiten visualizar y redoblar la esperanza de otro mundo posible; esperanza que es piedra fundamental en el motor que empuja a las sociedades hacia territorios más justos y humanistas.
En Washington Bullets (…), se describen y relatan hechos históricos ocurridos en Asia, África y América Latina, algo que también permite conectar las convulsiones sociales y leerlas como espejos en donde no solo se refleja la lucha permanente entre los poderosos y los desposeídos, sino que abre las puertas para conocer experiencias lejanas desconocidas o distorsionadas por los relatos oficiales.
En el prólogo, el expresidente de Bolivia y líder social, Evo Morales, escribe: «Este libro trae a la memoria una infinidad de ocasiones en que las balas de Washington destrozaron esperanzas. El colonialismo utilizó siempre la idea de progreso de acuerdo a sus propios parámetros y a su realidad. Ese mismo colonialismo que hoy pone en crisis a nuestro planeta, que se devora los recursos naturales y que concentra la riqueza surgida de la devastación dice que nuestras leyes del vivir bien son utopías. Pero si nuestros sueños de equilibrio con la Pachamama, de libertad y de justicia social no son aún realidades o se han visto truncados es principalmente por la intervención del imperialismo para atacar nuestras revoluciones políticas, culturales y económicas que enarbolan la soberanía, la dignidad, la paz y la fraternidad con todos los pueblos».
Para Argentina, la lectura del libro de Prashad es fundamental, porque desnuda lo que vemos todos los días: un gobierno nacional, encabezado por Javier Milei, rendido a las directivas de Estados Unidos. En apenas unos pocos meses de gestión, el Ejecutivo argentino recibió con honores a Laura Richardson, jefa del Comando Sur; al titular de la CIA, Williams Burns; a Brian Nichols, subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental; y a Antony Blinken, secretario de Estado de la Casa Blanca. A esto, hay que sumar la relación de sumisión del gobierno de Milei frente al Fondo Monetario Internacional (FMI) y que el embajador estadounidense en Argentina, Mark Stanley, ya se transformó en un asesor más del Ejecutivo nacional.
En el libro, Prashad denuncia que la «idea de ‘mundo libre’ se propagó para generar una fe implícita en Estados Unidos y para deslegitimar tanto al mundo socialista como al Proyecto del Tercer Mundo. Se destinó mucho dinero a los medios de comunicación y a otras industrias para caracterizar a personas como Stalin y Nasser como equivalentes a Hitler». A esta definición, agrega: «Libertad no significaba la libertad de estar plenamente vivo ―contar con recursos para comer, aprender y tener salud―, sino tener elecciones libres y prensa libre, a pesar de que la definición entera sonaba falsa, tal como lo sabían por experiencia los pueblos de Francia, Grecia e Italia en el periodo posterior a la Segunda Guerra Mundial, y como los pueblos del Tercer Mundo descubrieron cuando los poderes imperialistas afirmaron su derecho a reclamar sus colonias perdidas».
Para leer Washington Bullets, es fundamental detenerse en dos pequeñas reflexiones de Prashad que florecen en el libro (vuela como una mariposa, pica como una abeja). En la introducción, resume el núcleo de su obra: «Es un libro sobre las sombras; pero se basa en la literatura de la luz». Para acompañar esa descripción, el autor también afirma: «Sin arriesgarse al fracaso, no se pueden saborear los frutos de la victoria». Por este camino que sintetiza Prashad, caminan todavía los pueblos del tercer mundo que demandan su liberación total.
Fuente: Leandro Albani para La tinta / Imagen de portada: A/D.