Recuerdan al abogado asesinado Pat Finucane en Belfast
El integrante del Sinn Féin Gerry Adams habló en Belfast tras el lanzamiento de su publicación: Pat Finucane; Reflejos de una Comunidad.
El integrante del Sinn Féin Gerry Adams habló en Belfast tras el lanzamiento de su publicación: Pat Finucane; Reflejos de una Comunidad.
El ex presidente del Sinn Féin dijo: "esta pequeña publicación refleja el trabajo, el coraje y el liderazgo de Pat, quien fue un dedicado abogado de derechos humanos. También busca honrar a Pat, el hombre de Falls Road, el hijo, el padre, el hermano y el marido".
Pat Finucane fue asesinado el 12 de febrero de 1989 a manos de un escuadrón de la muerte patrocinado por el Estado británico. Sólo tenía 39 años.
"Como abogado de derechos humanos, a Pat no le importaba si eras republicano, sindicalista, leal... no le importaba nada de eso. Era un abogado que trabajaba en un proceso legal y judicial dominado por los británicos, en el que la tortura y las palizas a los detenidos formaban parte integrante del sistema de detención e interrogatorio", añadió Adams.
El Estado británico "decidido a silenciar a Pat Finucane", dijo Adams y "trabajando con sus agentes dentro de la UDA le dispararon delante de Geraldine y los niños el 12 de febrero de 1989. Pensaron que habían silenciado a Pat, pero se equivocaron. Geraldine, la familia y sus muchos amigos han luchado por la verdad y la justicia desde entonces".
Adams continuó: "La voz de Pat sigue rondando los pasillos del poder dentro del sistema político y de seguridad británico. La semana pasada, la familia volvió a comparecer ante los tribunales para impugnar la negativa del gobierno británico a establecer la investigación independiente que se acordó en Weston Park en 2001. Esa negativa se debe a que el caso Pat Finucane ejemplifica el uso de la complicidad estatal entre el gobierno británico, sus agencias militares y de inteligencia, el RUC y los escuadrones de la muerte sindicalistas. Expone el uso de esos escuadrones de la muerte al más alto nivel del gobierno; la participación británica en el asesinato masivo de ciudadanos, y en el contrabando de armas para facilitarlo".
La complicidad, recordó a Adams, "no era sólo el uso ocasional de espías o agentes por parte de los británicos que operaban dentro del IRA o de organizaciones paramilitares leales. La colaboración era una cuestión de práctica institucional de los sucesivos gobiernos británicos. Implicó el establecimiento de grupos paramilitares unionistas; la infiltración sistemática por parte de los británicos de todos los escuadrones de la muerte unionistas al más alto nivel; el control y la dirección de estos grupos; el armamento; la capacitación; y el suministro de información sobre las personas que iban a ser asesinadas. Por eso el gobierno británico lucha tenazmente para negar una investigación".