Organizadas por el colectivo no-mixto Azadi Jin, las jornadas “Mujeres más allá de las armas,” fue el acto de presentación del colectivo que se define como “un colectivo de mujeres, bolleras, trans e identidades no binarias inspirado en la Jineolojî: la ciencia desarrollada por las mujeres kurdas a través de su lucha por la liberación del género. El colectivo es una organización política en territorio catalán, que, a largo plazo, tiene una perspectiva internacionalista con la voluntad de tejer una red de complicidades y alianzas entre territorios.”
Las jornadas partieron de la necesidad y deseo de “contraponer a la Historia patriarcal de hombres, poder y autoridad, una Herstory que sea nuestra”; una Herstory que “contemple nuestras verdades y nuestras vivencias, no hablar solo de los hechos, sino también de lo que significaron en el camino personal, íntimo, colectivo y de construcción de este nosotras que ahora vemos tan importante.”
En este marco, durante las jornadas compartieron sus vivencias mujeres revolucionarias de Kurdistán, Italia, Euskal Herria, Cataluña y El Salvador, que entre los años 70 y 90 (y hasta la actualidad) optaron por contraponerse al sistema de una forma radical y, muchas veces, armada.
Las jornadas se abrieron con la charla de la compañera kurda, que compartió sus experiencias de vida como mujer luchando por la revolución del pueblo kurdo, una referencia de lucha actual, de la cual es fundamental la liberación de las mujeres.
El viernes y sábado asistieron un centenar de personas cada día, mientras que el domingo fue más intima, en sintonía con el tono y sentimiento de la última charla de las jornadas. Mientras cada relato era personal y contextualizado por geografía, época, y enfoque especifico de lucha, en todas las experiencias se destacó la organización y sororidad entre compañeras de lucha, y abusos sufridos por el hecho de ser mujer y revolucionaria.
La sesión de clausura de las jornadas el domingo fue un círculo de intervenciones abiertas, donde las invitadas y las asistentes tuvieron el espacio para compartir y debatir sus reflexiones después de escuchar estas experiencias de vida. Aquí se expresó el ánimo de organizarse entre todas, de hacer frente al patriarcado desde los feminismos; que la lucha es a largo plazo y tiene que haber soberanía en muchos ámbitos para hacerla sostenible (alimentaria, energética, y otras); y que hay muchas formas de armarse y se tienen que poner en práctica estrategias útiles según contexto.
Hubo una valoración por parte de todas las asistentes muy positiva de las jornadas, que a la vez fueron un acto de resistencia en si, una victoria, una venganza, manifestando que vamos caminando hacia la libertad.
Concordando con el pilar de ecologismo del movimiento kurdo, la cena del viernes y las comidas y meriendas del sábado y domingo fueron elaborados en base de productos ecológicos y de proximidad, con el apoyo solidario de proyectos agro-ecologicos del territorio catalán.