El terremoto con epicentro en Xoy (Khoy) en el Kurdistán Oriental el 22 de febrero de 2020 mató a nueve personas en la provincia de Van y causó grandes daños materiales. En el distrito de Başkale se derrumbaron áreas residenciales enteras. Los trabajos de evacuación aún continúan. Se erigieron alrededor de 5,000 tiendas de campaña para las personas que se habían quedado sin hogar.

La precaria situación en la zona del terremoto se vió agravada por la pandemia de coronavirus. Los aldeanos se sienten abandonados. 

Numerosas carpas y refugios para animales de granja se han derrumbado debido a los fuertes vientos. La energía también ha sido interrumpida.

Según el diputado del HDP, Muazzez Orhan, la tormenta de los últimos dos días ha provocado el colapso de los establos temporales y la muerte de muchos animales, que quedaron bajo los escombros. Según Orhan, el HDP está en contacto constante con los aldeanos y los líderes de la aldea.

"Después del terremoto, se cortaron los envíos de ayuda de nuestro partido y otros activistas. El estado quería beneficiarse políticamente de la situación al hacer que los aldeanos indefensos dependieran de sí mismo. Desde febrero, los suministros de ayuda se han distribuido poco a poco. Hace solo diez días se colocaron contenedores. No hay refugio para los animales. La cría de ganado es la principal fuente de ingresos en esta región. Los aldeanos han construido establos temporales de piedra y madera, algunos animales también están alojados en carpas. Ovejas y corderos recién nacidos murieron por la tormenta. En realidad, el viento ha demostrado que el apoyo proporcionado por el estado es solo una farsa. E incluso aquí, las personas actúan como si fuera un acto de misericordia", expresó el diputado del HDP Muazzez Orhan.