El centro médico del estado iraquí en Makhmur se muestra incapaz de satisfacer las demandas del campamento. En caso de problemas médicos serios o incluso para revisiones rutinarios para enfermedades crónicas, la población suele acudir a los hospitales de Erbil, a 60 kilómetros del campamento.
Sin embargo, esta opción ahora no es posible debido al embargo impuesto al campamento por el KDP. Desde agosto del año pasado, varias mujeres embarazadas han sufrido abortos espontáneos debido a no poder acudir al hospital a tiempo para ser tratadas adecuadamente.
En frente del campamento se ha instalado un puesto de control policial . Muchas personas del campamento han sido insultadas y acosadas por las fuerzas de seguridad que vigilan el puesto de control. Para poder conducir hasta el hospital se requiere de un permiso especial del administrador del distrito y en la mayoría de casos solo se permite el paso en caso de que la persona esté gravemente enferma.
La emergencia sanitaria provocada por el coronavirus no ha cambiado la situación y el embargo continúa. El Comité de Salud de Makhmur ha hecho un llamamiento a los gobiernos de Iraq y Kurdistán Sur así como a la ONU para que levante el embargo; pero este llamamiento ha sido ignorado. Para poder proteger a la población, el comité de salud ha realizado una labor educativa así como revisiones periódicas. Cualquier persona que entre al campamento ha de pasar dos semanas confinada.
También se están produciendo carestías en el abastecimiento y suministro de medicinas necesarias debido al embargo. Pacientes de cáncer, diabetes y enfermedades coronarias en particular necesitan una atención médica especial que el embargo hace muy difícil.
La Dra. Medya Ayvan, de Hamburgo, ha hablado con ANF para explicar los efectos del embargo sobre la población de Makhmur. Ayvan afirma que la población del campamento ha estado atravesando unas condiciones muy duras durante los últimos 10 meses. Por un lado, está el embargo y el miedo al coronavirus, por otro los ataques del estado turco y la milicia yihadista del ISIS.
La doctora de Hamburgo que ha vivido en Kurdistán durante 30 años, ha visto un incremento de las enfermedades en Makhmur desde que comenzó el embargo. “La población aquí esta en una situación muy difícil debido a que el KDP ha cortado la carretera. Las personas que sufren de cáncer, diabetes, alta presión sanguínea o apendicitis y las mujeres embarazadas no pueden ser trasladadas al hospital y las ambulancias no acuden al campamento. Los enfermos tienen que esperar durante horas en camillas en el puesto de seguridad y muchas veces finalmente no pueden ni pasar. Este tipo de situaciones ya ha provocado la muerte a varias personas”, dice la doctora Medya Ayvan.
No hay forma de analizar a la gente del campamento por una posible infección de coronavirus. "Así que todos tenemos que ponernos en cuarentena si tenemos tos y fiebre. - dice la doctora Ayvan -. Organizamos seminarios y fuimos de casa en casa en el campamento para distribuir material informativo sobre la enfermedad y las medidas de protección. A la entrada del campamento hemos establecido un puesto de control donde las personas que llegan son sometidas a un control sanitario. Hemos establecido estaciones de cuarentena con un equipo de veinte personas. Más de 500 personas han sido alojadas temporalmente allí. Las escuelas, mezquitas y cafés han sido cerrados. Los servicios funerarios también están prohibidos. Por fin conseguimos una forma de realizar la prueba de Rojava. Hasta ahora, todas las pruebas han sido negativas."