Los drones mantienen Hakkari bajo vigilancia las 24 horas del día

Turquía mantiene vigilado el centro de la ciudad y los barrios de Hakkari durante 24 horas con vehículos aéreos no tripulados y drones.

La antigua ciudad kurda de Hakkari en el Kurdistán turco ha sido testigo de la represión del Estado turco durante años. En el centro de Hakkari, así como en todos sus distritos, pueblos y barrios, hay comisarías, puestos militares y torres de vigilancia. También se pueden ver en muchas colinas y montañas que rodean Hakkari.

El gobierno del AKP-MHP ha convertido Hakkari y sus distritos en algo parecido a una estación militar de invierno. Los centros de la ciudad y los barrios están llenos de vehículos blindados. Hay puestos de control en las entradas de la ciudad, en el centro del bazar y en las entradas de muchos barrios, convirtiendo la ciudad en una especie de prisión abierta.

Aunque hay muchos cuarteles militares y comisarías de policía en el centro de Hakkari, la zona está vigilada por torres de construcción en todas las colinas que rodean el centro de la ciudad. No contento con esto, el gobierno turco mantiene el centro de la ciudad y los barrios de Hakkari bajo vigilancia durante 24 horas con vehículos aéreos no tripulados y drones.

El Estado teme al pueblo de Hakkari

De esta manera, se impide a la población hacer uso de sus derechos democráticos y la ciudad se encuentra bajo una ley de estado de excepción aplicada de facto. El hecho de que el centro de la ciudad y muchos barrios estén bajo vigilancia de drones día y noche, provoca protestas.

Los habitantes de Hakkari han denunciado que el Estado lleva años gobernando la ciudad de Hakkari con métodos de guerra. Un ciudadano dijo que el Estado tiene miedo de los habitantes de Hakkari y que los drones y los vehículos aéreos no tripulados vigilan constantemente Hakkari, especialmente por la noche: “Apenas podemos notar los UAV y los drones durante el día, pero podemos verlos en el cielo por la noche. El Estado viola claramente nuestra vida privada. Llevan años haciéndolo con las torres de vigilancia, ahora lo hacen con los drones. El Estado tiene un gran miedo al pueblo kurdo. Pero no pueden intimidarnos con estos abusos”.