El Estado turco está cometiendo crímenes de guerra al atacar directamente aldeas del Kurdistán Sur, tratando así de obligar a sus habitantes a marcharse.

El domingo por la noche, vehículos aéreos no tripulados bombardearon los pueblos de Sergelê, Kevne Mêzê, Mêzê, Guherzê y Belave, en el distrito de Amêdiyê, en Duhok.

Como consecuencia de los ataques, algunas casas de las aldeas de Kevne Mêzê y Mêzê, en la región de Berê Garê, quedaron completamente calcinadas. Fue imposible determinar si hubo víctimas o heridos debido a los bombardeos.

El Estado turco ha desplegado miles de soldados y cientos de vehículos blindados en la región en los últimos meses. El Estado turco, que ha establecido bases militares y puestos de control, se apoya especialmente en el PDK en los ataques de invasión.

Desde que Turquía amplió en junio su ofensiva de ocupación "Operación Cerradura de Garras", que comenzó en el sur del Kurdistán en 2022, a la pequeña ciudad de Amêdî, en la gobernación de Duhok, se han producido fuertes ataques en la región todos los días.

Según la ONG Community Peacemaker Teams (CPT), al menos ocho pueblos de Amêdiye han sido evacuados por la fuerza por el ejército turco en las últimas cuatro semanas, y más de 180 familias han sido desplazadas. Además, la violencia militar ha destruido más de 6.500 hectáreas de bosques y tierras de cultivo.

El Partido Democrático del Kurdistán (KDP), que domina el gobierno regional de Hewlêr (Erbil), apoya activamente al Estado turco en sus esfuerzos de expansión.