Una guerrillera tras los pasos de su madre
Los padres de la guerrillera Roza Nûjîn, que viene del Kurdistán del Este, eran peshmerga en las montañas kurdas en la zona fronteriza entre Irán e Irak. Roza ahora quiere realizar sus sueños inacabados.
Los padres de la guerrillera Roza Nûjîn, que viene del Kurdistán del Este, eran peshmerga en las montañas kurdas en la zona fronteriza entre Irán e Irak. Roza ahora quiere realizar sus sueños inacabados.
La combatiente de YJA Star (Free Women's Troops), Roza Nûjîn, nació en 1995 en Sardasht, en la provincia iraní de Azerbaiyán occidental. Sus padres se fueron a las montañas al principio de la Guerra del Golfo. Eran miembros del Partido Democrático y lucharon en las filas de las fuerzas Peshmerga. La madre de Roza le contó más tarde las dificultades que había experimentado como mujer durante ese tiempo y cómo se había pasado por alto el gran compromiso de las mujeres en la lucha. Tras el final de la Guerra del Golfo, el Partido Demócrata se dividió en diferentes facciones. Los padres de Roza se quedaron en las montañas por un tiempo y finalmente regresaron a Sardasht.
Su madre se interesó por las ideas de Abdullah Öcalan, cuenta Roza Nûjîn: "En su opinión, el hecho de que su lucha en ese momento no condujera a ningún resultado se debió a que los kurdos no se organizaron juntos y no había ninguna personalidad kurda que pudiera haber dirigido este proceso. Ella habló mucho sobre las perspectivas de libertad de Öcalan para las mujeres y el valor que les daba. Esto hizo que me interesara más en sus pensamientos. Vi cómo deprimía a mis padres el hecho de no haber logrado ningún resultado. Como quería liberarme como mujer, liberar al Kurdistán y a la gente de todo el Medio Oriente, me uní al PKK."
Roza Nûjîn se unió a la guerrilla en 2017. Sus primeras estaciones fueron Qandil y las montañas de Asos. Sus padres habían estado en combate armado en esta zona hace años. "Después de su muerte, mi madre quería ser enterrada en el Monte Asos. Ella amaba esa montaña y el área donde había luchado. Cuando pisé por primera vez este terreno donde mi madre, mi padre y miles de muertos habían luchado, me di cuenta de los sacrificios que se habían hecho por el Kurdistán. Me dije a mí misma que esta vez teníamos que realizar sus sueños inconclusos. Hoy tenemos más suerte: tenemos un liderazgo que interpreta la historia a nivel universal y saca de ella conclusiones que serán luz para nuestro futuro".