El martes fueron detenidos en Turquía 231 miembros de la oposición política. Además de políticos locales, defensores de los derechos humanos, sindicalistas y activistas, entre los detenidos figuran también varios trabajadores de los medios de comunicación e intelectuales, como los periodistas Erdoğan Alayumat, Havin Derya, Tuğce Yılmaz, Bilge Aksu, Ahmet Sümbül, Roza Metina, Bilal Seçkin, Mehmet Ücar y Suzan Demir, así como el director de cine Ardın Diren, el escritor Ömer Barasi, el poeta Hicri Izgören y el caricaturista Doğan Güzel, todos ellos acusados de tener vínculos con el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), cuya ideología está basada en la liberación de la mujer y la revolución democrática del Kurdistán y todo Oriente Medio. Representantes de asociaciones de periodistas han hablado con la Agencia Mezopotamya (MA) sobre la represión contra los medios de comunicación libres en Turquía, y han pedido la liberación de sus colegas.

«Nuestros colegas han sido detenidos por informar de la verdad».

El co-presidente de la Asociación de Periodistas Dicle Firat (DFG), Selman Çiçek, ha declarado: «Turquía se hunde cada vez más en el caos. La corrupción y la pobreza han alcanzado niveles drásticos. El Estado no puede superar estos problemas y por eso intenta silenciar la única voz de la verdad, la de la prensa. El Estado ha creado su propia prensa para complacerlo. Esta prensa es sorda, muda y ciega. Pero la prensa libre sigue sacando la verdad a la luz, cueste lo que cueste. Nuestros colegas han sido detenidos por informar de la verdad».

«El periodismo se ha convertido en un sector en peligro. Se trata, por supuesto, de ocultar la verdad».

Mahmut Oral, representante del Sindicato de Periodistas Turcos en Amed, ha declarado en referencia a la represión y las señales simultáneas del gobierno para una solución de la cuestión kurda: «Cada vez que se despeja el camino para algo en Turquía, manos atareadas y secretas empiezan a activar los expedientes que se guardan preparados en las estanterías de los juzgados de nuevo sobre las mesas. El blanco del ataque vuelve a ser la prensa».

Oral ha declarado que el régimen considera el periodismo como terrorismo y utiliza el poder judicial como garrote contra la prensa: «Condenamos que esta operación se dirija contra la prensa y, desde luego, no la aceptaremos. Pedimos a las autoridades que garanticen que las cosas continúen ahora con rapidez y transparencia, y que nuestros colegas sean puestos en libertad. El gobierno del AKP aumenta cada día el alcance y la severidad de la represión. El periodismo se ha convertido en un sector en peligro. Se trata, por supuesto, de ocultar la verdad. Nos enfrentamos a un régimen que teme la verdad y reprime a los periodistas para ocultarla y mantener su orden. Para ello, inventa constantemente delitos penales. No aceptaremos esta criminalización del periodismo. El periodismo no es un delito. Los trabajadores de los medios de comunicación siempre han estado muy amenazados en Turquía. Doce de nuestros colegas están actualmente detenidos. Pedimos a todas las asociaciones profesionales que se solidaricen con ellos».

«Debemos solidarizarnos contra este régimen fascista».

Hakkı Boltan, representante del sindicato de prensa Basın-Iş, perteneciente a la federación sindical DISK, ha declarado que entre las 231 personas detenidas el martes había periodistas, escritores, caricaturistas, cineastas e intelectuales: «Esto nos muestra cuál es el verdadero objetivo del gobierno. El gobierno tiene como objetivo a los intelectuales. Este ataque demuestra que el régimen no puede tolerar que los medios de comunicación libres informen con transparencia sobre la realidad. Este ataque va dirigido contra el periodismo, que acaba de sacar a la luz la actual política hacia la oposición y los kurdos. Debemos solidarizarnos contra este régimen fascista».

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