Se espera que la guerra entre Israel e Irán tenga un impacto no solo en Turquía, Irak y los países del Golfo, sino también en otros países de Oriente Medio, y que sus efectos se prolonguen en el tiempo. A medida que se desarrollan estos acontecimientos, la atención pública se dirige hacia los Estados que responden a las demandas de democratización con represión.

El llamamiento de Abdullah Öcalan y la decisión del Congreso del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) pusieron en marcha un nuevo proceso de paz. Sin embargo, dado que Turquía optó por prolongar el proceso, la amenaza de guerra se ha acercado a sus fronteras. El presidente del Partido de Acción Nacionalista (MHP), Devlet Bahçeli, advirtió que una amenaza bélica contra Turquía es inminente, pero el gobernante Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) no ha tomado ninguna medida concreta hacia la paz.

El copresidente provincial del Partido de las Regiones Democráticas (DBP) en Diyarbakır (Amed), Ahmet Doğan, compartió su valoración con la agencia ANF sobre la guerra en curso entre Irán e Israel y sus posibles consecuencias regionales:
«Estamos siendo testigos de desarrollos extremadamente rápidos en Oriente Medio. Desde la Guerra del Golfo, está en marcha una política de rediseño de la región. Se ha vuelto evidente que está en curso una nueva reconfiguración en Oriente Medio, que el paradigma del Estado-nación ha colapsado y que ese modelo ya no se ajusta a la región. Debido a que las fronteras nacionales y las políticas de seguridad han empezado a convertirse en obstáculos para el capital global, ha comenzado una nueva fase de rediseño. Ahora vivimos en un mundo donde las políticas basadas en la producción han sido en gran medida abandonadas. Como sabemos, tras la Guerra del Golfo vinieron las guerras en Palestina, Siria, Irak y Líbano. El ataque de Israel contra Irán constituye el tercer pilar de esta reconfiguración regional.

Era evidente para todos que Irán sería objetivo. Es precisamente en este contexto que el acercamiento de Devlet Bahçeli al Grupo DEM en octubre surgió de estas preocupaciones. El 27 de febrero, tras el llamamiento realizado por Abdullah Öcalan, el PKK declaró su decisión de abandonar las armas».

La solución está en la sociedad democrática

Ahmet Doğan subrayó que la guerra entre Irán e Israel representa una amenaza no solo para Turquía, sino para toda la región. Declaró:
«Con el ataque a Irán, el gobierno turco comenzó a declarar que la guerra está a las puertas. El discurso sobre la amenaza de guerra a Turquía se ha vuelto cada vez más común. Por esta razón, la única forma de que Turquía evite un daño mayor ante los acontecimientos que se desarrollan en Oriente Medio es establecer una paz seria con el pueblo kurdo. Esta paz debe basarse en los principios de fraternidad y justicia. Si Turquía da este paso, podrá salvarse del fuego que se está extendiendo».

Doğan destacó la sinceridad del líder del pueblo kurdo, Abdullah Öcalan, en este asunto:
«Si observamos sus declaraciones a lo largo de la historia, vemos que nunca ha dado un paso atrás. Siempre ha mantenido su palabra con honestidad y compromiso. El paradigma de la "sociedad democrática" traerá la paz a los pueblos de Oriente Medio. Es en torno a este paradigma que puede florecer la convivencia, y los pueblos de la región podrán por fin respirar en el marco de una constitución democrática. De lo contrario, las guerras impulsadas por el poder y el interés no traerán ningún beneficio a la población».

Concluyó:
«Por lo tanto, no solo Turquía, sino todos los Estados y pueblos de Oriente Medio —especialmente Israel— solo podrán encontrar la salvación si se agrupan en torno al paradigma presentado por el Sr. Öcalan. De lo contrario, este derramamiento de sangre y esta guerra no llegarán a su fin».

Turquía no debe retrasar más la paz

Ahmet Doğan enfatizó que el estallido de la guerra ha vuelto a poner sobre la mesa la necesidad de resolver la cuestión kurda en Turquía. Doğan afirmó:
«Ha habido crímenes, represión, desplazamientos forzados y detenciones dirigidas contra el pueblo kurdo. Tanto el Estado como el gobierno lo saben muy bien: la palabra del líder del pueblo kurdo es definitiva. En este momento, la única persona en Oriente Medio cuya palabra se considera genuinamente confiable es el propio líder del pueblo kurdo.

En este contexto, Turquía no debe esperar más. Si establece la paz con el pueblo kurdo sin dañar su dignidad ni su estatus político, todos podremos escapar juntos de este infierno que es hoy Oriente Medio. Si Turquía construye una relación justa y sincera con los kurdos sobre una base adecuada, podrá evitar la guerra. De lo contrario, estamos entrando en una fase muy peligrosa. La única forma de escapar de este fuego es hacer la paz con el pueblo kurdo sobre una base real y justa».