Se llevó a cabo a tercera audiencia del caso contra 11 civiles detenidos por las bandas mercenarias respaldadas por Ankara en Afrin, y entregados a los servicios de inteligencia turcos (MIT). Ninguno de ellos fue liberado, aún cuando declararon que testificaron bajo tortura y amenazas.
Los medios de comunicación controlados por el gobierno presentaron la detención de 11 civiles por parte de bandas en el Afrin ocupado como una "operación especial".
Los civiles de Afrin fueron entregados al MIT turco y están siendo juzgados por "perturbar la unidad y la integridad del estado" y "el asesinato deliberado".
La audiencia se celebró en el Juzgado Penal Nº 2 de Hatay. Los civiles rechazaron las acusaciones y hablaron sobre cómo fueron entregados al MIT después de 12 días de tortura a manos de las bandas de las FSA en Afrin.
Los 11 civiles dijeron que también fueron severamente torturados en el puesto de avanzada de la Gendarmería de la provincia de Hatay, y que fueron obligados a firmar testimonios bajo torturas y amenazas. Los civiles fueron amenazados con sus familias, madres, esposas e hijos.
Sus abogados dijeron que las acusaciones son ilegales y declararon que los informes y las actas de los soldados muertos, los informes de autopsias, las grabaciones de la investigación del crimen y el análisis sobre el tipo de arma homicida no estaban presentes en el archivo.
Los abogados agregaron que la tortura de sus clientes había sido probada por los informes tomados de Medicina Forense y exigieron su liberación, citando que la continuidad actual del arresto es ilegal.
El fiscal dijo que las acusaciones constituyen un delito grave y exigió la continuación del arresto. El tribunal estuvo de acuerdo con el fiscal y dictaminó a favor, y pospuso la próxima audiencia hasta el 27 de junio.