A fines de octubre de 2017, las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF) liberaron a la ciudad de Raqqa, en el norte de Siria, del teror del ISIS. Esto inició un período de autoorganización y emancipación. Primero, la administración de la ciudad fue entregada al Consejo Civil. Desde entonces, se ha construido una nueva vida en la salud, la educación, la seguridad y muchos otros sectores de la sociedad.

Como parte del trabajo de reconstrucción en Raqqa, el Consejo Civil, en colaboración con el Comité de Medio Ambiente Urbano, lanzó una campaña de plantación de árboles el 15 de marzo. En menos de un mes, se plantaron 7.000 árboles en toda la ciudad. ISIS había destruido casi todos los parques y jardines durante su reinado de terror en la "capital" de su califato de estilo propio. De muchas áreas verdes en Raqqa y fuera de la ciudad había fosas comunes. Solo en enero se encontró una gran fosa común con al menos 3.500 víctimas del ISIS en tierras cultivables. Es la mayor fosa común descubierta en el norte de Siria.