Empeora la salud de la prisionera enferma Fatma Tokmak
La abogada Jiyan Tosun declara que la salud de la prisionera enferma Fatma Tokmak ha empeorado
La abogada Jiyan Tosun declara que la salud de la prisionera enferma Fatma Tokmak ha empeorado
La abogada Jiyan Tosun declaró, después de una visita a la prisión Bakırköy, que la salud de la prisionera enferma Fatma Tokmak ha empeorado.
A pesar del informe de la Fundación de Derechos Humanos de Turquía (TIHV) según el cual Tokmak "no puede permanecer en prisión", la mujer no ha sido liberada.
La abogada habló con ANF y señaló que Tokmak, que sufría una enfermedad cardíaca, tenía hinchazón en el cuerpo, moretones en los brazos, las piernas y el abdomen, y añadió que, debido a su estado, a menudo se desmaya.
Declarando que Tokmak no quería ir al hospital debido a las condiciones de cuarentena aplicadas en la prisión, Tosun señaló que el intercambio de sangre, que se hacía una vez a la semana en el Hospital de Bakırköy, se había reducido a una vez al mes y se hacía en la enfermería de la prisión.
La abogada y copresidenta de la asociación IHD, Eren Keskin, que es a la vez abogada y tutora de Tokmak, llamó la atención sobre el hecho de que se le impidió reunirse con su cliente alegando que era una tutora.
Keskin, que lleva años ocupándose del caso de Tokmak, destacó que su cliente se ha enfrentado a un muchas ilegalidades desde el principio.
Keskin recordó que Tokmak, que fue detenida con su hijo Azad de 2 años de edad en 1996, fue sometida a graves torturas. Apagaron un cigarrillo en el cuerpo de su hijo delante de sus ojos y la obligaron a firmar una declaración aunque no había pronunciado ni una palabra en turco y fue condenada a cadena perpetua por un delito que no cometió.
Keskin señaló que Tokmak, que fue liberada en 2005 tras el informe del Instituto de Medicina Forense (ATK) en el que se afirmaba que tenía una grave enfermedad cardíaca, volvió a entrar en prisión en 2010 después de que se confirmara su condena a cadena perpetua.
Keskin declaró que la enfermedad de Tokmak había empeorado durante ese proceso, pero dijo que sus solicitudes de aplazamiento de la sentencia, tanto ante el ATK como ante las autoridades judiciales, no se habían tenido en cuenta.
Señalando que el tratamiento se interrumpió con la epidemia, Keskin compartió la información de que incluso el intercambio de sangre, que es obligatorio para que Tokmak viva, se reduce a una vez al mes.
Haciendo hincapié en que la permanencia de Tokmak en prisión en estas condiciones supone un gran riesgo, Keskin subrayó que su cliente debería ser liberada inmediatamente.