En los últimos días, más de 230 personas de la sociedad civil, entre ellas diez periodistas, han sido detenidas por el Estado turco. Uno de ellos es el periodista Erdoğan Alayumat, acusado por sus artículos en el diario Yeni Özgür Politika. En una entrevista concedida a ANF, su amigo y colega Hayri Tunç comentó la represión contra la prensa, y dijo: «Con estas detenciones y represalias, el Estado está enviando a los periodistas el mensaje de que si están “del lado de la verdad”, entonces están contra ella».
Tunç dijo que Alayumat había trabajado durante 15 años y que le habían humillado, incluso registrándole desnudo. Afirmó que había trabajado a menudo con Alayumat en diversas regiones de Turquía y el Kurdistán Norte. Como periodista conocido e íntegro, había sido blanco de la represión en repetidas ocasiones. Por tanto, los procedimientos políticos de la Fiscalía de Eskişehir no eran una coincidencia. Alayumat ya había sido detenido y encarcelado de forma similar hace varios meses, pero había declarado que ningún procedimiento le disuadiría de compartir la verdad.
«Se les señala repetidamente porque no son “periodistas razonables”, según el gusto del Estado».
La señal que envía el Estado con estas detenciones, declaróo Tunç, es clara: «Si sois periodistas, tenéis que ser como nosotros queremos que seáis». Esta idea es el núcleo del problema. El Estado intenta crear un prototipo de «periodista razonable», afirmó Tunç, y continuó: «No somos los periodistas razonables del Estado. No dejaremos que el Estado nos ponga a raya. No estamos vinculados a ningún centro de poder. Nuestra profesión es el periodismo, y la ejercemos según los principios que nos enseñaron nuestros maestros. El principio de perseguir siempre la verdad. Somos la voz de los sin voz. Cuando se tortura, cuando se violan los derechos, lo sacamos a la luz. Eso es lo que han hecho Erdoğan Alayumat y nuestros otros compañeros detenidos. Se les señala repetidamente porque no son “periodistas razonables”, según el gusto del Estado».
En la investigación no se hizo otra acusación que la actividad periodística de los detenidos.
«O te pones del lado del gobierno e ignoras las violaciones de derechos, o te pones del lado del pueblo e informas sobre ellas».
Tunç subrayó que el periodismo debe tomar partido: «O te pones del lado del gobierno e ignoras las violaciones de derechos, o te pones del lado del pueblo e informas sobre ellas. Erdoğan [Alayumat] se ha puesto del lado del pueblo. Fue la voz de la gente cuyas casas en Fikirtepe fueron demolidas por el aburguesamiento, fue la voz de los vendedores de mejillones, fue la voz de la gente en Ikizköy, donde el bosque fue destruido. Era la voz de los recolectores de papel usado.
Pasamos un mes juntos en Hatay, una de las ciudades más afectadas por el terremoto. Allí vimos el sufrimiento de la gente. ¿Deberíamos haber visto ese sufrimiento pero limitarnos a repetir como loros las declaraciones del Estado? No podíamos hacer eso. Lo vivimos, vimos el dolor, la rabia y el abandono de la gente en la zona del terremoto. Como acabo de decir, o aceptas la explicación del gobierno e informas en consecuencia, o escribes lo que ves con tus propios ojos, incluso en contra de la explicación del Estado. Mientras informábamos desde la zona del terremoto, pasábamos hambre. Experimentamos las mismas condiciones, el mismo frío, la falta de instalaciones para lavarse que la gente de allí. No podíamos ignorarlos. Ni nuestra humanidad ni nuestra actitud lo permitirían.
Precisamente por eso hoy estamos en el punto de mira. Estamos de un lado y el Estado nos envía el mensaje: Si no estás de mi lado, serás castigado'. No cederemos en este asunto porque lo aprendimos de las personas que son nuestros maestros. No aprendimos de la gente que hace noticias en sus escritorios. No aprendimos de la gente que regurgita la declaración del Estado como supuesta verdad. El Estado afirma algo, pero nosotros salimos a ver qué decía la gente de la calle. Nos pusimos del lado de la verdad. El Estado ve eso como oposición».
«La represión del Estado no es más que una política fracasada».
Hayri Tunç concluyó diciendo: «La represión, los arrestos y las detenciones no pueden disuadir a los periodistas. Yo también estuve en la cárcel, pero cuando salí continué con mi trabajo. La represión del Estado no es más que una política fracasada, un gobierno fracasado. Esta operación es todo intimidación».
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