Comienza la temporada de melaza de morera en Bingöl
Las mujeres en Bingöl se preparan una vez más para elaborar melaza de morera, convirtiendo la cosecha de verano en una fuente de sustento.
Las mujeres en Bingöl se preparan una vez más para elaborar melaza de morera, convirtiendo la cosecha de verano en una fuente de sustento.
La melaza de morera sigue siendo un símbolo de tradición y del antiguo vínculo entre las mujeres y la naturaleza en las zonas rurales de Bingöl (Çewlîg), donde se elabora cada verano mediante un esfuerzo colectivo.
El proceso comienza con la llegada de la temporada calurosa, exigente pero fructífera. Las mujeres se levantan temprano por la mañana, sacuden las moras de los árboles, las hierven en grandes ollas, secan el extracto en bandejas y finalmente envasan la melaza para su uso en invierno.
Zübeyde Yaşa, quien ha producido melaza durante años para satisfacer las necesidades de su familia, compartió: “La naturaleza es sagrada, todo lo que contiene es sanador. Pero el clima ha cambiado, los árboles han disminuido; las moras ya no son lo que eran.”
Este trabajo exigente pero significativo es, para ella, algo más que producción de alimentos. Zübeyde dijo: “Nos levantamos a las cinco de la mañana. Extendemos una sábana y sacudimos las moras. Las colamos como las uvas, las metemos en la olla y las hervimos. Luego las vertemos en bandejas y las dejamos fuera durante cuatro días. Finalmente, envasamos la melaza. Es buena para el estómago, los pulmones y muchas enfermedades.”
Lo hacemos en familia
Zübeyde Yaşa enfatizó que la producción de melaza no es llevada a cabo solo por mujeres, sino a través del esfuerzo colectivo de toda la familia. También señaló el poder de la solidaridad social: “Algunas personas la hacen para vender, pero nosotros solo la producimos para nuestro propio uso. Mujeres y hombres trabajan juntos. Requiere mucho trabajo, pero vale la pena. En los pueblos, especialmente las mujeres elaboran y venden esta melaza para ganarse la vida. Tanto la naturaleza como estos árboles son nuestra fuente común de sustento. Compramos muy poco de fuera. Generalmente hacemos todo nosotros mismos. Consumimos lo que producimos con nuestras propias manos.”
La naturaleza da, pero si no la protegemos, desaparecerá
Zübeyde Yaşa destacó los beneficios para la salud de todo lo que se recolecta de la naturaleza, y al mismo tiempo llamó la atención sobre los recientes cambios climáticos y la continua destrucción del medio ambiente: “Una vez que termina la temporada de moras, salimos a recoger tomillo y luego subimos a las montañas a recolectar zumaque. Estas montañas nos dan todo, y debemos protegerlas. Las moras ya no crecen como antes. Antes hervíamos muchas más ollas; ahora solo dos o tres. Hay menos lluvia y menos árboles. Aun así, intentamos mantener viva esta tradición.”