Un año y medio después de que Turquía adquiriera un sistema de defensa de misiles ruso, violando la ley de sanciones de EE.UU., el presidente Donald Trump ha implementado sanciones contra su aliado de la OTAN.

Su negativa a aplicar esas sanciones ha provocado la ira bipartidista en el Congreso, pero autorizarlas ahora ha enfurecido a Turquía, incluido el Presidente turco Recep Tayyip Erdogan, en medio del deterioro de las relaciones entre este país y sus aliados occidentales como los EE.UU.

Las sanciones, anunciadas el lunes por el Tesoro de EE.UU., se dirigieron a la agencia de adquisiciones de defensa de Turquía, conocida como la Presidencia de Industrias de Defensa, y a sus altos funcionarios, incluido su presidente.

El Congreso estaba a punto de imponerse a Trump, aprobando la semana pasada su proyecto de ley anual de política de defensa que exigía a la Casa Blanca implementar estas sanciones en un plazo de 30 días, aunque un alto funcionario del Departamento de Estado negó que esto tuviera un impacto en la decisión de Trump.

Turquía adquirió el sistema de defensa de misiles, conocido como el S-400, en julio de 2019. La compra violó una ley de sanciones de gran alcance aprobada en el verano de 2017 por amplios márgenes en la Cámara de Representantes y el Senado para obligar a Trump a ser más duro con Rusia. Trump, que quería evitar un vergonzoso veto, firmó la ley a regañadientes.

La Ley para Contrarrestar  Adversarios de América a través de Sanciones, o CAATSA por sus siglas en inglés, tenía como objetivo a Irán, Corea del Norte y Rusia - requiriendo sanciones a cualquier país que hiciera una "compra significativa" de equipo de defensa o inteligencia a Moscú.

"La acción de hoy envía una clara señal de que Estados Unidos implementará completamente la Sección 231 de CAATSA y no tolerará transacciones significativas con los sectores de defensa e inteligencia de Rusia", dijo el Secretario de Estado Mike Pompeo en una declaración.

"También insto a Turquía a que resuelva el problema del S-400 inmediatamente en coordinación con los Estados Unidos. Turquía es un aliado valioso y un importante socio de seguridad regional para Estados Unidos, y buscamos continuar nuestra historia de décadas de cooperación productiva en el sector de defensa eliminando el obstáculo de la posesión del S-400 por parte de Turquía tan pronto como sea posible", añadió.