Selahattin Demirtaş, político kurdo y ex copresidente del Partido Democrático de los Pueblos (HDP), encarcelado en Turquía desde 2016, ha emitido una declaración sobre la situación geopolítica y política nacional actual de Turquía. La declaración, publicada bajo el título "No se necesita bravuconería, sino coraje" en su cuenta de X, contiene demandas clave para un nuevo comienzo democrático, un proceso de paz creíble y el desarrollo de la resiliencia en toda la sociedad.
Con respecto al conflicto en curso entre Israel e Irán, Demirtaş instó a volver a la mesa de negociaciones. Si bien criticó las acciones autoritarias del régimen iraní contra su propio pueblo, dejó inequívocamente claro que "ningún pretexto político o ideológico puede justificar la intervención militar de actores externos. El camino hacia la estabilidad no reside en los bombardeos, sino en el diálogo". Dermitas también instó a priorizar una solución diplomática en lugar de involucrarse en políticas de poder geopolíticas destructivas que podrían desestabilizar aún más todo Oriente Medio.
Demirtaş se refirió al "Llamado a la Paz y una Sociedad Democrática" de Abdullah Öcalan del 27 de febrero y a la decisión del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) de disolverse y poner fin a la lucha armada, destacando la oportunidad histórica de una transición pacífica: "Un proceso de desarme responsable debe llevarse a cabo con cuidado, determinación y previsión. Se insta a todas las partes involucradas a evitar provocaciones y contribuir a un proceso de desescalada equilibrado y rápido".
Otro punto central de la declaración de Demirtaş fue la política judicial en Turquía. Criticó el encarcelamiento continuo de alcaldes, alcaldesas y otros funcionarios electos, y exigió su liberación inmediata y un juicio justo: "La politización sistemática del poder judicial no solo socava la confianza pública, sino que también impide cualquier pacificación social seria. El procesamiento debe estar a cargo de autoridades objetivas, independientes y apolíticas". Además exhortó al gobierno a tomar medidas concretas para fortalecer el Estado de derecho en el país y advirtió contra una mayor polarización social a la sombra de las crisis internacionales.
Demirtaş llamó a los actores políticos a no involucrarse en maniobras arriesgadas e interesadas que podrían llevar al país a una nueva inestabilidad: "En esta fase delicada, nadie debe adoptar estrategias arriesgadas o destructivas. Es nuestro deber defender una concepción secular, justa e igualitaria del Estado, incluso si esto requiere un gran sacrificio personal".
Al mismo tiempo, hizo un llamado a todas las fuerzas políticas para que asuman en serio sus responsabilidades y trabajen juntas para encontrar soluciones: “Nuestros desafíos internos solo pueden superarse mediante la confianza mutua, el respeto y un espíritu de hermandad; cualquier otro camino conducirá al desastre”.
Demirtaş propuso convocar una conferencia de crisis interpartidista ante la crisis política exterior e interior. Esta, afirmó, debería ser impulsada por el presidente y celebrada en el parlamento con todos los líderes de los partidos con representación parlamentaria, para desarrollar una estrategia conjunta de política exterior e interior: "Se necesita un rumbo político coordinado que pueda ser apoyado por todas las fuerzas democráticas, a corto, medio y largo plazo".
Demirtaş concluyó expresando su deseo de una coexistencia pacífica entre todos los pueblos que viven en Turquía, dirigiéndose a la sociedad en su conjunto: "Estas tormentas pasarán. Y nosotros, los pueblos ancestrales de esta tierra, viviremos juntos en ella, libres e iguales. La Turquía que defendemos es justa, pacífica y unida".