Desde el 20 de noviembre, el Estado turco ataca la región del noreste de Siria con bombardeos masivos de aviones de guerra, drones y artillería.

Sobre este asunto, la Comuna Internacionalista ha declarado: “Durante más de una década, Turquía ha librado una guerra de baja intensidad contra los seres humanos y la naturaleza cortando el agua, mediante la deforestación masiva en las regiones que ocupa y por muchos otros medios”.

Hace un mes, los ataques alcanzaron un nuevo pico. Viyan Agirî, portavoz de Make Rojava Green Again, declaró: “Tanto la población civil como las infraestructuras civiles de toda la región son objetivo de la aviación turca. En la primera fase de esta nueva guerra, que se estima que se intensificará aún más, se ha bombardeado sobre todo la infraestructura económica del noreste de Siria. Con este método, el gobierno turco está destruyendo medios de subsistencia, obliga a la población a huir y prepara así una nueva invasión terrestre que ya ha anunciado. El Estado turco ya utilizó esta táctica cuando ocupó Afrin en 2018 y Serekaniye y Gire Spi en 2019”.

La Comuna ha publicado un nuevo dossier que ofrece “detalles sobre los últimos atentados de Turquía y sus repercusiones en la economía de la región”.

El informe puede descargarse en inglés aquí.