El general Qassem Suleimani, líder de la fuerza Quds de los Guardianes de la Revolución, fue el blanco del ataque iniciado por Estados Unidos en el aeropuerto de Bagdad.
Según el Pentágono, el presidente estadounidense Donald Trump ordenó el ataque al convoy de Suleimani el 2 de enero.
Además de Suleimani, en este ataque ha muerto el comandante de Hashdi Shabi, Abu Mehdi al Muhendis. Ambos hombres viajaban en el mismo coche. También fue bombardeado un segundo vehículo en el que viajaban guardias de Hashdi Shabi y murieron al menos ocho personas. Se dispararon los aviones no tripulados desde un helicóptero estadounidense.
El Departamento de Defensa de los Estados Unidos dijo que el ataque era una medida disuasoria para proteger al personal estadounidense en el extranjero. Este ataque aéreo tiene como objetivo disuadir a Irán de todos los proyectos de ataque en el futuro, dijo el Ministerio de Defensa.
En su larga carrera militar, Qassem Suleimani dejó Oriente Medio plagado de cadáveres.
El ataque se produjo en un momento en que Irak ya estaba al borde de una guerra de poder, y horas después de un asedio de dos días a la embajada estadounidense en Bagdad por una turba de militantes pro-iraníes y sus partidarios. El Pentágono acusó a Suleimani de haber planeado el ataque.
Reacciones de Irán
El líder supremo de Irán, el Ayatolá Alí Jamenei, dijo que a los "criminales" que habían asesinado a Soleimani les esperaba una dura venganza. Su muerte, aunque amarga, duplicaría la motivación de la resistencia contra Estados Unidos e Israel, afirmó.
A través de una declaración transmitida por la televisión estatal, convocó tres días de luto nacional.
El presidente Hassan Rouhani dijo que el asesinato haría que Irán fuera más decisivo en su resistencia a Estados Unidos, mientras que los Guardias Revolucionarios de Irán señalaron que las fuerzas antiestadounidenses se vengarían en todo el mundo musulmán.
El primer ministro iraquí Adel Abdul Mahdi condenó los asesinatos como una violación de las condiciones de la presencia militar estadounidense en Irak y un acto de agresión que violaba la soberanía de Irak y conduciría a la guerra.
Reacciones de los senadores del Congreso de los Estados Unidos
Según un representante democrático, el Congreso no fue informado de este ataque. "El Presidente Trump está arrastrando a nuestra nación a una guerra ilegal con Irán sin la aprobación del Congreso", dijo el senador demócrata Tom Udall.