Comienza la regeneración forestal en Şêxan tras años de tala de árboles

El bosque de Şêxan comienza a recuperarse a medida que la vegetación regresa a la zona tras dos años de tala incesante.

ECOLOGÍA

En varias ciudades del Kurdistán, la destrucción ecológica continúa mientras persisten las operaciones de tala de árboles con el pretexto de la "seguridad". Şırnak (Şirnex), Bitlis (Bedlîs) y Bingöl (Çewlîg) se encuentran entre las zonas más afectadas. Además de las preocupaciones por la seguridad, las autoridades suelen justificarlo con el "rejuvenecimiento", a pesar de que los árboles suelen ser talados de raíz para evitar que vuelvan a crecer.

En Şêxan (Shekhan), donde la deforestación continuó ininterrumpidamente durante dos años, la tala se detuvo este año tras las firmes objeciones de los aldeanos. Miles de árboles jóvenes fueron talados en decenas de hectáreas, y las laderas de las montañas en las tierras altas fueron desbastadas con tanta severidad que el daño era visible a distancia. Este año, sin embargo, no se realizaron más talas. Las raíces que una vez fueron arrancadas han comenzado a resurgir, y las laderas, marrones y áridas el pasado año, han vuelto a reverdecer en un renacimiento silencioso pero decidido.

Los aldeanos condenaron la destrucción y declararon que continuarán resistiendo los esfuerzos de deforestación en la región.

Tala de árboles ininterrumpida durante dos años

Entre 2023 y 2024, comenzó una operación de tala de árboles a gran escala en la región de Şêxan, en Muş. La operación se centró en zonas pobladas de árboles jóvenes y continuó ininterrumpidamente durante dos años. Durante este tiempo, se destruyeron decenas de hectáreas. Los pastores nómadas y el ganado que vivían en las tierras altas se vieron gravemente afectados por la destrucción. Las secuelas se asemejaron a una escena de saqueo. Cuando Serhat Eren, diputado por Amed del Partido por la Igualdad y la Democracia de los Pueblos (Partido DEM), presentó una investigación parlamentaria sobre el asunto, la respuesta oficial afirmó que la tala formaba parte de un esfuerzo de "rejuvenecimiento" y se había llevado a cabo con miras al equilibrio ecológico. El comunicado también afirmaba que solo se talaron árboles viejos. Sin embargo, la evidencia visual de la zona durante el período de tala contradice las afirmaciones del Ministerio de Agricultura y Silvicultura.

Los aldeanos detuvieron la tala

A pesar de la devastación, la zona ha comenzado a reverdecer este año con la llegada del buen tiempo. Han surgido pequeños brotes en lugar de los árboles talados, y la tierra intenta regenerarse lentamente. Los aldeanos con los que hablamos afirmaron que, tras sus objeciones, se detuvo la tala y se evitó que se extendiera a una zona más amplia. La tala de árboles realizada en las tierras altas, conocidas por su belleza natural y frecuentadas cada verano por pastores nómadas, no solo causó daños ecológicos, sino que también perjudicó el pastoreo del ganado menor en la región.

Si no hay árboles, no existimos.

Los residentes locales se opusieron firmemente a los intentos de ampliar la destrucción y no permitieron que la tala continuara. Al igual que en Şırnak, la Dirección Provincial de Silvicultura se enfrentó a la reacción ciudadana tras intentar ceder árboles locales a empresas privadas y guardias locales mediante licitaciones. En las aldeas situadas al pie del monte Andok, los lugareños se negaron a firmar peticiones que habrían otorgado permiso para la tala. Como resultado, impidieron eficazmente la operación. Un aldeano con el que hablamos expresó la determinación de la comunidad de resistir: “Estos árboles lo son todo para nosotros y nosotras. Si desaparecen, nosotros y nosotras también. Quieren destruirnos junto con los árboles. El año pasado, arrasaron una zona entera. Este año, volvieron a tener la mira puesta en nuestra tierra, pero no lo permitimos. Al proteger los árboles, también protegemos nuestro espacio vital y nuestras fuentes de agua”.