La guerrillera Beritan nació en 1996 en Siria. Su familia es originaria de Bagdad. De hecho, su padre regresó a Bagdad tras realizar el servicio militar en Siria.
Beritan ha explicado que su padre tenía 100 años cuando se casó con su madre, que por entonces tenía 13. Beritan ha contado: “La familia tenía una mentalidad machista al más alto nivel. Mi padre se casó 7 veces. Después de casarse con mi madre, todavía se casó con otra mujer. Yo crecí con mi hermano mayor. Cuando mi padre murió, me trasladé a casa de mi tía. Cuando tenía 12 años, me casé con el hijo de mi tía. Mi marido me presionaba. Tuve un hijo”.
La guerrillera Beritan tuvo una vida difícil y llegado cierto punto decidió romper el círculo. Ella conocía el Movimiento de Liberación Kurdo, y decidió irse y unirse a la guerrilla. “Durante los ataques contra Shengal en 2014, les dije a mis amigos que quería ir allí. Mis amigos aceptaron y fui a Shengal. Me sentí muy mal cuando llegué allí, pero entonces sentí que la gente nos necesitaba. También luchamos por nuestra gente. Estuve en Shengal durante 3 años. El pueblo yazidí ha estado resistiendo durante años para defenderse a sí mismo. Estuve con el pueblo hasta que dejé Shengal. Y después de Shengal, me fui a las montañas”.
La guerrillera Beritan, cuya misión en Shengal había terminado, quería unirse a la lucha en Rojhilat. Se unió a las YRK. “Dejé Shengal con una gran fuerza en mi interior. La historia de Rojhilat está llena de mujeres determinadas. Me uní a la guerrilla para ganar determinación y luchar contra el régimen iraní que presiona a las mujeres”.
Haciendo un llamamiento a la gente joven, la guerrillera añade: “Tengo que proteger la voluntad de las mujeres y los jóvenes que viven en Rojhilat e Irán. Soy una mujer árabe y lucho por la liberación del Kurdistán. Por ello, hago un llamamiento a las mujeres y a los jóvenes que viven en Irán para que se rebelen contra el sistema y se unan a la resistencia. Porque sé que el éxito de esta lucha puede suponer la libertad de los árabes y de otros pueblos. Si las mujeres no se rebelan, no tendrán oportunidad de vivir en sociedad”.