Las ciudades adyacentes a las zonas ocupadas en Afrin, así como los asentamientos del cantón del norte de Siria de Shehba, son objeto de ataques permanentes por parte del ejército turco y sus mercenarios.

En el mes de marzo se produjeron al menos 208 oleadas de ataques, principalmente con fuego de artillería. Ni un solo día de marzo se interrumpió el bombardeo. Los ataques se dirigieron principalmente a los asentamientos civiles y, evidentemente, pretenden obligar a la población a huir para preparar una mayor expansión de los territorios ocupados en el norte de Siria.

El bombardeo de asentamientos civiles constituye un crimen de guerra. Esto también se ha puesto de manifiesto en un informe de la ONU sobre Siria. Sin embargo, la comunidad internacional no ha tomado ninguna iniciativa para poner fin a estos crímenes.