Ira y desesperación por la destrucción de los medios de vida

La gente en los asentamientos del norte de Siria, de Ayn Issa y Girê Spî están enojados y desesperados por la destrucción de sus campos, provocados por incendios que son consecuencia de las fuerzas de ocupación turcas y sus milicias.

Las tropas turcas y los llamados mercenarios del SNA (Ejército Nacional Sirio) continúan incendiando campos en las áreas que bordean la zona de ocupación. Las áreas al oeste de Girê Spî y cerca de Ayn Issa se ven particularmente afectadas. En los últimos años, estos ataques incendiarios fueron llevados a cabo por células del ISIS. Ahora el ejército turco y sus mercenarios del SNA están destruyendo los campos. Las fuerzas de ocupación también están disparando a los agricultores que intentan traer la cosecha.

"Plantamos estos campos con gran dificultad"

La agencia de noticias ANHA con sede en Rojava, habló con personas de la región. Faruk Hadji Muhammed indicó que "Los campos en las aldeas de Kefîfê, Xirbet Geber, Solan, Erîdê y Umuthur han sido incendiados. No queda nada. Vivimos a unos tres kilómetros de distancia. Tememos que las llamas también lleguen a nuestros campos. Cada uno de nosotros en el pueblo ha plantado cien o doscientos dunam (25 o 50 hectáreas) y ahora están en peligro. Debido a los ataques en curso, no podemos vivir en paz. Para ellos todos deberíamos ser asesinados, y si no, al menos expulsados. Hemos cultivado estos campos con gran dificultad y las fuerzas de ocupación están destruyendo todo de un momento a otro. Queremos que el estado turco se vaya de aquí. Nos refugiamos en nuestras casas para protegernos de los obuses".

"Veo mi campo arder, pero no puedo apagarlo"

Xatûn Xelîl Ibrahim de la aldea Xirbet Beger en el oeste de la Girê Spî, tuvo que huir a la aldea de Bîrzinar debido a los ataques. Frente a ella sus campos arden en llamas: "Nuestra propiedad se está quemando para destruirnos y paralizar nuestras vidas. Veo que mi campo arde, pero solo puedo mirar. 2,000 Dunam (alrededor de 500 hectáreas) de nuestras tierras están ardiendo, pero no podemos apagar el fuego. Que Dios destruya a los invasores. Solo queremos volver a casa y vivir en paz. No queremos que los ocupantes puedan respirar aquí en nuestra tierra. Huimos, pero aún no podemos escapar de sus ataques y crueldad".