La explosión de una mina en Tal Rifat, en el norte de Siria, mató a un joven de 19 años. La víctima es Cuma Fayade. El joven era del pueblo de Der Gare en Shera, un distrito de Afrin. Había estado alojado en un campamento para personas desplazadas en Tal Rifat desde que Turquía invadió el cantón que antes era autónomo.
Según la información disponible, la detonación del artefacto explosivo, presuntamente dejado por la milicia terrorista del ISIS, aparentemente fue provocada por una patada. Tal Rifat, como muchas otras regiones del cantón Shehba, está efectivamente contaminada. Una gran parte de la región, ubicada al este de Afrin, estuvo bajo la ocupación del ISIS entre 2013 y 2015 y estaba muy cargada de minas y trampas explosivas por parte de los yihadistas. Allí ocurren explosiones una y otra vez, con una alta tasa de mortalidad. La situación se volvió particularmente dramática en 2018, cuando cientos de miles de personas huyeron de Afrin a Shehba para escapar de las fuerzas de ocupación turcas.
El comité de agricultura ha limpiado más de cuarenta hectáreas de tierra de restos del ISIS y lo ha abierto para su uso desde la liberación de Shehba por las YPG/YPJ. Sin embargo, los continuos ataques de las fuerzas de ocupación turcas obstaculizan los trabajos de limpieza adicionales. Los ataques de artillería apuntan a la región casi a diario. Además, Shehba está aislada del mundo exterior, ya que el área circundante está controlada por Siria, Turquía y las milicias respaldadas por Turquía.