La histórica Hagia Sofía en Estambul, designada mezquita otra vez a principios de este mes por el Gobierno turco, debería mantenerse como un espacio intercultural “que refleje la diversidad y complejidad de Turquía y su historia”, declararon ayer viernes dos expertos independientes en derechos humanos.
“Sería un error histórico tomar medidas que dividen a los grupos religiosos y culturales dentro y fuera de Turquía en este difícil momento a nivel mundial, en lugar de unirlos”, dijeron Karima Bennoune, Relatora Especial sobre los derechos culturales, y Ahmed Shaheed, Relator Especial sobre la libertad de confesión o de creencias. “Como alguien dijo una vez, ‘la cúpula de Hagia Sofía debería ser lo suficientemente grande para incluir a todo el mundo’”.
Construida inicialmente como uno de los mejores ejemplos de arquitectura cristiana bizantina del mundo, Hagia Sofía se convirtió en una mezquita por primera vez en 1453 bajo el Imperio Otomano y, tras la secularización de Turquía en el siglo XX, se convirtió en un museo en 1934.
La Hagia ha sido utilizada por personas de todos los credos, incluidos cristianos y musulmanes, y personas no religiosas, y se ha celebrado ampliamente a lo largo de los decenios como ejemplo de diálogo interconfesional e intercultural.
Los expertos expresaron su preocupación por la decisión del gobierno turco del 10 de julio de cambiar el estatus del edificio, y la “apresurada implementación de esta decisión” podría además violar las obligaciones de Turquía bajo las reglas derivadas de la Convención del Patrimonio Mundial de la UNESCO de 1972.
‘Importancia global’
“Compartimos la consideración de la UNESCO de que la transformación de un sitio de valor universal excepcional requiere un aviso previo y la consulta de todas las partes interesadas para garantizar que se respeten los derechos humanos de todos”, dijeron. “Hagia Sofía es la atracción más visitada de Turquía y un monumento de importancia mundial”.
Los expertos también subrayaron la importancia de que se adopten disposiciones adecuadas para el cuidado del lugar tras los informes contradictorios sobre las medidas adoptadas: “Instamos al Gobierno de Turquía a que garantice que los expertos en patrimonio cultural sigan siendo los responsables de la conservación de este monumento. Las normas internacionales y técnicas deben respetarse plenamente”.
El lenguaje que hace referencia a la conquista, utilizado en el debate sobre el monumento, junto con la exhibición de una espada, que podría ser interpretada como un símbolo de conquista, por el jefe de la Agencia Estatal de Asuntos Religiosos durante un servicio de oración de alto nivel para marcar el cambio de estatus del lugar el pasado viernes –un evento que también contó con la presencia del presidente turco Recep Tayyip Erdogan–, ha aumentado la preocupación de los expertos de la ONU.
Peligro de que surja una “visión supremacista”
A la luz de estos acontecimientos, los expertos temen que el cambio de estatus de Hagia Sofía a un sitio monolítico “pueda reflejar una visión supremacista de la historia”, dijeron en el comunicado de prensa, planteando una única narrativa cultural “en lugar de un encuentro entre culturas –el espíritu que dio lugar a su condición de Patrimonio de la Humanidad–, pudiendo llegar a impedir el acceso al sitio en pie de igualdad a personas de todos los credos”, y ninguno.
“Nos preocupan seriamente los derechos de todos a acceder y disfrutar del patrimonio cultural, la coexistencia interconfesional y los espacios laicos, y la igualdad y la seguridad de las minorías religiosas, incluidos los cristianos”, continuaron los expertos.
Asimismo, hicieron un llamamiento a la tolerancia en general, con la esperanza de que la oposición a la designación de la mezquita en otros lugares del mundo refleje los valores universales y la no discriminación, en lugar de ofrecer una visión monolítica competidora que fomente el odio contra los musulmanes. “Es esencial abstenerse de instrumentalizar el patrimonio cultural y, en cambio, comprometerse con el patrimonio en su diversidad de manera que los derechos culturales florezcan para todos”.
Participar en un diálogo inclusivo
“Alentamos al Gobierno de Turquía a entablar un diálogo con todas las partes interesadas. Esto es esencial para garantizar que Hagia Sofía siga siendo un espacio para el disfrute de los derechos culturales de todos, que refleje su diverso patrimonio cristiano, musulmán y secular, y que siga siendo un símbolo que reúna a todas las personas de Turquía”, añadieron los expertos.