El domingo, una turba de fascistas y racistas turcos atacaron a kurdos en las ciudades belgas de Houthalen-Helchteren y Heusden-Zolder.

Los atacantes intentaron prender fuego a una casa kurda, destruyeron y saquearon vehículos y se dispusieron a linchar a personas kurdas. Seis personas resultaron gravemente heridas en los ataques. La mayor organización europea de la diáspora kurda, KCDK-E, ha convocado hoy una acción de protesta de emergencia a las 12 horas frente al Parlamento Europeo en Bruselas.

El comunicado de la KCDK-E dice: "En un momento en que millones de personas en todas las partes del Kurdistán y cientos de miles en Europa llenaban las plazas de pasión y espíritu de unidad nacional, convirtiendo las celebraciones de Newroz en un gran acto de resistencia popular, el Estado turco recurrió de nuevo a su estrategia de terror fascista en Bélgica".

La declaración añadía: "Condenamos al gobierno belga y a la policía belga por dar rienda suelta a las bandas fascistas del Estado turco, que han jurado derramar sangre kurda ante sus ojos.

La máscara del fascismo ha caído

El espíritu de resistencia que comenzó en Colonia se ha extendido por casi toda Europa y fue especialmente fuerte en el festival Newroz de Fráncfort. El mundo escucha y reconoce ahora la voz de esta resistencia. Amigos de todo el mundo apoyan esta lucha. La máscara del Estado fascista turco y del dictador Erdoğan ha caído".

El ataque racista en Bélgica fue planeado

El comunicado continuaba: "La ofensiva política del movimiento kurdo por la libertad y su resonancia mundial y el creciente espíritu de unidad nacional han enfurecido al Estado turco fascista y belicista. El Estado turco, que se encuentra en una profunda crisis tanto en el interior como en el exterior y se ve amenazado por la derrota, no tiene más remedio que profundizar la crisis y la guerra.

Precisamente por esta razón se están produciendo ahora provocaciones contra la población kurda en Europa. En Bélgica se intentó crear una batalla callejera mediante un ataque fascista orquestado por el consulado turco, con la policía belga limitándose a observar. La turba de linchamiento fascista intentó prender fuego a las casas de las familias kurdas y golpear hasta la muerte en las calles a personas procedentes del Kurdistán".

La declaración decía: "El pueblo kurdo debe hacer frente hombro con hombro a los ataques fascistas manteniendo su voluntad y organización allí donde se encuentre y armándose y preparándose contra tales provocaciones. Sabiendo esto, nuestro pueblo debe protegerse de manera decidida y organizada de las provocaciones y ataques fascistas."