En el comunicado se subrayaba que la epidemia de coronavirus ha vuelto a poner de manifiesto la realidad de la crisis de la civilización y la ecología.

 "Se estima que 11 millones de personas mueren cada año debido a la inanición o la malnutrición. 800 millones de personas, incluidos 300 millones de niños, están expuestos a la hambruna", señalaba el comunicado.

Recordando que el coronavirus ha obligado a detener la mayoría de las actividades durante los últimos tres meses, la declaración destacó que "la emisión de carbono se ha reducido efectivamente durante estos últimos tres meses, pero está claro que la crisis a la que nos enfrentamos no puede evitarse por factores temporales y externos".

La declaración también decía que "desde que llegó al poder, el gobierno del AKP ha demostrado ser un enemigo de la política medioambiental. La naturaleza de Turquía está siendo destruida y también los sitios culturales e históricos que deberían gozar de total protección. Este gobierno ha dado el uso de los parques nacionales a las minas y a las empresas de construcción".

El comunicado recordaba "la apertura oficial de la presa de Ilisu, que pasará a la historia como otra masacre de la naturaleza y la cultura, con la destrucción de Hasankeyf de 2.000 años de antigüedad y millones de años de historia en el Valle del Tigris".

El HDK llamó a todos a "actuar y organizarse para construir una vida nueva y más ecológica".