El ISIS sigue activo en Irak y especialmente en el sur del Kurdistán. En 2017, el entonces gobierno iraquí declaró derrotada a la milicia terrorista. Sin embargo, desde entonces, las células encubiertas del ISIS han llevado a cabo miles de ataques. Las células del ISIS presionan a la población y exigen dinero en forma de tributo. El ISIS se está reagrupando especialmente en el desierto y en las regiones del norte, cuyo reparto administrativo se disputan el gobierno central de Bagdad y el gobierno regional kurdo de Hewlêr (Erbil). Estas zonas se encuentran en partes de Hewlêr Kirkuk, Diyala, Salah al-Din y la provincia de Nínive.
Hace unos días, una célula del ISIS secuestró a dos hermanos en el pueblo kurdo de Samud, cerca de Kirkuk. Poco después, los islamistas publicaron una foto de una decapitación en Til Afer, cerca de Mosul. Cerca de Diyala, un policía resultó herido en un ataque del ISIS. Además, el viernes se detuvo a varios comandantes del ISIS que planeaban atentados en Mosul y Kirkuk.
En declaraciones a ANF, el experto en seguridad Şêrzad Semed ha señalado que la crisis política entre los gobiernos de Bagdad y Hewlêr está afectando a la seguridad de la población. “Si hay problemas políticos en cualquier lugar, también hay problemas de seguridad. El gobierno de Irak no tiene influencia en este momento y el Parlamento no puede contribuir a resolver los problemas existentes en los ámbitos de la seguridad, la economía y la soberanía del país. En consecuencia, la seguridad en muchas zonas de Irak está gravemente comprometida y el Estado turco también se beneficia de ello atacando diariamente el territorio iraquí”.
Vacío de seguridad entre Irak y la región del Kurdistán
En cuanto a los crecientes ataques del ISIS, Semed explicó que se creó un vacío de seguridad tras el referéndum de independencia iniciado por Massoud Barzani. En el referéndum de 2017, el 87% de la población votó a favor de la independencia de la Región del Kurdistán de Irak, pero como resultado el ejército iraquí ocupó el 40% del territorio, incluida la ciudad petrolera de Kirkuk. “Antes había unidades peshmerga en estas zonas, pero tras el referéndum tuvieron que retirarse. Ahora hay un gran vacío de seguridad desde Shengal hasta Kirkuk, pasando por Xaneqîn. Hay una zona de amortiguación entre la región del Kurdistán e Irak. El ejército iraquí no puede proteger completamente estas zonas y los peshmerga no pueden contribuir a la protección allí. Debido al desacuerdo entre el ejército iraquí y los peshmerga, cientos de kilómetros cuadrados se ven afectados por esta deficiencia de seguridad. Por lo tanto, el ISIS puede moverse libremente por allí y atacar las posiciones del ejército iraquí y de los peshmerga. Además, allí se han formado grupos armados que actúan en nombre de los estados vecinos y llevan a cabo ataques en zonas de la región del Kurdistán”, ha declarado Semed.
Los aldeanos kurdos se ven desplazados
Hay dos razones que explican la brecha de seguridad, ha continuado Semed: “La primera razón es la desunión entre Irak y las fuerzas kurdas, la segunda es la falta de unidad entre las fuerzas kurdas. En las zonas afectadas, existe una división militar entre las dos principales potencias de la región del Kurdistán. Esto permite las intervenciones de los estados vecinos, la ocupación del ejército turco y la libertad de movimiento de las bandas del ISIS. En la región de Kirkuk, los kurdos en particular se ven afectados por las actividades del ISIS; están desplazados y no pueden entrar en sus pueblos. El ISIS también se apoya en los agricultores árabes, que se sabe que tienen vínculos con él en la zona de Mosul y Diyala. La zona se ha convertido en un caldo de cultivo para el ISIS, y son los kurdos y las kurdas quienes más lo sufren”.