La política kurda Aysel Doğan, que falleció hace unos días en una clínica de Colonia tras padecer un cáncer durante muchos años, será enterrada hoy en su ciudad natal de Dersim. Sin embargo, a los dolientes se les impide entrar en la casa de sus padres. La policía turca se niega a permitir que el convoy con el coche fúnebre entre en el centro de la ciudad, donde se encuentra la casa natal de Doğan. En su lugar, las autoridades presionan para que se le dé sepultura inmediatamente en el cementerio de la ciudad, suprimiendo así un entierro según los ritos alevíes. La policía llegó con cañones de agua y disparó gases lacrimógenos contra los dolientes. Como protesta, los dolientes han iniciado una sentada en la carretera de Turişmek, y cientos de personas exigen que se les deje pasar. La situación es tensa.
El convoy que transportaba el cuerpo de Aysel Doğan partió del aeropuerto de Amed (tr. Diyarbakir) por la mañana. El féretro fue recibido por un gran número de personas, entre ellas la co-presidenta del DBP Saliha Aydeniz, la co-portavoz del HDP Ebru Günay y activistas del movimiento de mujeres kurdas TJA. La policía prohibió a las mujeres escoltar el féretro de Doğan hasta el coche fúnebre a hombros. La muerta fue enviada a Dersim con el lema "Şehîd namirin" (Los mártires son inmortales).
El cuerpo fue recibido por los familiares de Doğan y numerosos dolientes en el puente de Seyidli, en el distrito de Mazgirt, al sureste del centro de Dersim. A lo largo de un recorrido de unos veinte kilómetros, la policía y la gendarmería turcas detuvieron varias veces el convoy y acosaron a los dolientes. Varias personas han resultado heridas leves por el disparo de gases lacrimógenos y de cañones de agua. Entre los manifestantes se encuentra el diputado del HDP Alican Önlü.