El periodista Can Dündar fue condenado en rebeldía a 18 años y nueve meses de prisión por "espionaje" y a otros ocho años y nueve meses por "apoyo al terrorismo". La condena política contra el periodista, que vive en el exilio en Alemania, se dictó a raíz de su investigación sobre el suministro de armas por el Gobierno turco al "Estado Islámico" y a Al-Qaeda en Siria.

Con la ayuda de un fiscal ahora suspendido, Dündar había investigado cómo el servicio de inteligencia turco utiliza camiones pertenecientes a la "organización de ayuda" IHH para introducir armas de contrabando en Siria. El periodista había publicado un vídeo en 2015 en el que se mostraba cómo 1.000 granadas de mortero, 1.000 proyectiles de artillería, 50.000 cartuchos de munición de rifles de asalto y 30.000 piezas de munición de ametralladoras iban a ser transportadas a Siria en tres camiones de IHH. La gendarmería (policía militar) había inspeccionado los camiones y encontrado equipo de guerra. Sin embargo, las municiones fueron designadas de nuevo como "ayuda humanitaria" por el gobierno turco y fueron entregadas. El régimen turco afirmó que estas armas no existían en absoluto. Después de que las pruebas se hicieron públicas, se procedió al ataque. El presidente Erdoğan declaró públicamente que Dündar era un espía y amenazó con que tendría que "pagar un alto precio por esto".

Como el veredicto del juicio político ya había sido determinado, el equipo legal de Dündar boicoteó el proceso. Dündar había sido condenado en 2016 a más de cinco años de prisión por las publicaciones en cuestión por cargos de traición a los secretos y exonerado de los cargos de espionaje. Sin embargo, el Tribunal Supremo de Ankara anuló el veredicto en 2018, declarando que el juicio debe incluir también el delito de espionaje.